René Le Forestier es autor de La Franc-Maçonnerie occultiste et templière aux XVIIIème et XIXème siècles, París, Aubier Nauwelaerts, 1970. Junto con Maçonnerie féminine et Loges académiques, estos trabajos constituyen su mayor aporte a los estudios históricos masónicos. En éste, editado por primera vez por A. Faivre, nos interesa la primer parte dedicada a la masonería femenina, aunque la segunda que versa sobre las logias académicas, en especial sobre la famosa Neuf Soeurs, que tanta importancia tuvo, sobre todo de cara a las repúblicas americanas, y donde también participaban damas, es de obvio interés. 

En cuanto a las logias de mujeres propiamente dichas se estudian aquí los movimientos surgidos particularmente en el siglo XVIII, y a la eclosión de numerosos talleres directamente ligados a la Orden. El tema es de una gran amplitud e incluye desde las logias llamadas de Adopción -generalmente vinculadas con los masones masculinos con los que en alguna forma se hallaban emparentadas (esposas, hermanas, hijas, etc.)-, las logias llamadas andróginas (mixtas) y otras tan curiosas como la de los Mopses (que utilizaban la imagen de un pequeño perro como símbolo de la fidelidad debida a la Orden y a los miembros del Taller en general), etc. 

Logia femenina de Adopción Grabado siglo XVIII

El conjunto de estos escritos resulta de gran validez y uno puede seguir una serie de desarrollos e internarse por vericuetos y ricas paradojas, escenarios donde en procesión desfila la totalidad del poder y la nobleza de su tiempo, tanto en París, como en la más alejada provincia. Como dice Le Forestier "los exploradores de archivos masónicos han encontrado huellas, en casi todas las regiones del reino (Francia), de Logias de Adopción." (Ver aquí el anexo a la  nota 29 de nuestro artículo "Tradición Hermética y Masonería").

Entiéndese que las Logias de Adopción estaban siempre vinculadas a las Logias masónicas masculinas: lo cual establece una neta diferencia entre la "Masonería de Adopción" y las logias femeninas actuales, cuyos grados están equiparados a los de las logias masculinas. 

A través de este libro puede advertirse la importancia que tendría una masonería femenina Latina y Americana en el siglo XX-XXI, como en su momento la tuvo en el siglo XVIII, especialmente ahora en que la situación de las logias femeninas en EEUU está cambiando y la misoginia que se le atribuye a la Masonería inglesa (influenciada sin duda por los clubs masculinos) está tocando a su fin en vista de la cooperación activa de la mujer que toca a todos los planos de la realidad, comenzando por el propio trabajo sobre sí misma, bajo la luz de su propia feminidad. En ese sentido ciertos personajes femeninos anglosajones de los siglos XIX y XX no sólo han trabajado dentro de la Tradición Hermética, o disciplinas más o menos emparentadas con ella, sino inclusive en el campo de las sociedades esotéricas -secretas, o discretas- entre ellas directamente con la propia Orden masónica.¹ De más está decir que estas vinculaciones se llevaron también a efecto por la mano de Mme. Blavatsky y la Sociedad Teosófica que ella fundara y que fuera tan útil para divulgar ciertos conceptos de modo masivo, aunque adulterándolos en su raíz más profunda y tradicional al vincularlos con ciertas formas de ver y conocer sumamente limitadas en cuanto a sus posibilidades intrínsecas, con peligro de desvirtuarlas, lo cual sucedió en muchísimos casos, llegándose incluso al engaño y la falsificación de criterios y doctrinas originalmente luminosas y conectadas con los Principios Universales. 

Debe destacarse especialmente que este libro procede de una tesis para la obtención de una maestría realizada bajo la dirección de de Daniel Ligou, y la autora no oculta su filiación masónica. 

Obra que recomendamos especialmente a nuestras hermanas y amigas, masonas o no, que han estado siempre -a la par que organizaban sus logias- alrededor de SYMBOLOS, publicando algunas de ellas en nuestra revista desde sus inicios; tenemos gran esperanza en la labor de los talleres femeninos que se están organizando, y de los que hemos tenido noticia directa o indirectamente. Nuestras columnas editoriales siguen abiertas para los trabajos simbólicos, masónicos, o herméticos de las colaboradoras femeninas. F. G.