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Método
de aproximación. Las primeras ceremonias masónicas. Las circunstancias
en Escocia, Inglaterra e Irlanda. Naturaleza de los cambios: 1, Historia
y Deberes; 2, el Deber para los nuevos Hermanos; 3, la ceremonia de Instalación;
4, la eliminación de las muecas; 5, dibujando la logia; 6, la oración
de apertura; 7, el sistema de tres grados. El lugar de los cambios. Lugares
y fechas de estos. Los autores de los cambios. Conclusión.
Método
de aproximación. En este artículo,1
no se intenta discutir el origen de la Masonería: doy por sentado
que no se va a tratar de las costumbres y prácticas de los masones
operativos. Tampoco tengo nuevos hechos que presentar a los Hermanos; lo
más que puedo reivindicar es el enfoque de los hechos establecidos
desde un ángulo algo diferente al acostumbrado. Ha sido lo usual
el tratar la historia de la Masonería en Inglaterra, Escocia e Irlanda
mediante un desarrollo separado en cada país; pero estoy convencido
de que esos desarrollos no pueden ser plena o correctamente entendidos
de manera aislada. Es conveniente y deseable, en efecto, disponer de los
diferentes informes del surgimiento y expansión de la organización
masónica local y central de cada país; pero es necesario
guardarse del error de pensar que a finales del siglo diecisiete y principios
del dieciocho, cuando la Masonería aceptada o especulativa se desarrollaba
a partir de las instituciones operativas, se estaba llevando a cabo un
proceso completamente independiente en cada uno de los tres reinos. Si
este hubiera sido el caso, tendríamos no uno, sino tres sistemas
de Masonería especulativa. Es necesario, por tanto, considerar como
un solo todo la evolución del modo de trabajo masónico en
ese periodo, y coordinar los hechos inciertos, sin tener en cuenta si conciernen
en primera instancia a Inglaterra, Escocia o Irlanda.
Escocia. En la Escocia de esa época, masones no operativos o gentilhombres se incorporaron a las antiguas logias operativas, las cuales regulaban los asuntos masónicos locales, al menos en aquello que no era gobernado por corporaciones del oficio. la autoridad de cada logia en particular, aparte de algunas limitaciones impuestas por la existencia de una corporación local de oficios de la construcción, estaba sujeta en algunos casos a la supervisión de una logia vecina más importante, y en todos al control central ejercido por un oficial real conocido como el Vigilante General y Principal Maestro de Obras. Aunque el número de miembros no operativos pudiera superar al de operativos, como era el caso de la logia de Aberdeen en 1670, no parece sin embargo que se hallaran en situación material de transformar el carácter de las prácticas ligadas con la comunicación de la Palabra Sagrada, que era una institución operativa generalizada en el país. Puede que en el curso de los años la Palabra fuera modificada, y se le hicieran añadidos, aunque sería imposible asegurar que ello hubiera sido resultado de una influencia no operativa, pero tanto las modificaciones como las adiciones, hasta donde uno puede decir, no alteraron de manera fundamental el carácter de las prácticas. El hecho de que cuando el Dr. Desaguliers, Gran Maestre inglés, visitara la logia operativa de Edimburgo en 1721 fuera hallado "debidamente cualificado en todos los puntos de la masonería" y recibido como un hermano sugiere poderosamente que las antiguas prácticas habían sido adoptadas por los masones aceptados ingleses, y que, al menos hasta ese año, no habían estado sujetas mas que a pequeños cambios. Murray Lyon, al referirse a esa visita, afirma que no tiene "ninguna duda en atribuir a la reunión que el co-inventor y pionero del sistema tuvo con la logia de Edimburgo en agosto de 1721, el conocimiento y la subsiguiente adopción, por parte de Escocia, de la Masonería simbólica inglesa". El que Escocia importara algo más tarde de Inglaterra su masonería especulativa o simbólica es probablemente cierto; pero hasta qué punto, si ocurrió así, fue Desaguliers responsable del establecimiento de ese sistema, y de la introducción de los distintos cambios, es otro asunto, que debemos examinar a continuación. Aquí puedo recordar a los Hermanos que no fue sino hasta 1736, quince años después de la visita de Desaguliers a la logia de Edimburgo, que se formó la Gran logia de Escocia según el modelo inglés. A consecuencia de ello la masonería no operativa de ese país quedaba sujeta a un nuevo control central, que, sin embargo, no fue universalmente aceptado hasta casi finales del siglo diecinueve. Es posible, desde luego, que el modo de trabajo especulativo inglés, en tanto que distinto de la organización especulativa inglesa, hubiera sido introducido en Escocia antes de 1736, aunque no tengo conocimiento de ningún acta de logia que sugiera que esto fue así. lo que es más probable es que no fuera sino hasta después de la formación de la Gran logia de Escocia en 1736, cuando alrededor de esa fecha se hicieron en las ceremonias inglesas modificaciones parecidas, que estas fueran introducidas en las logias escocesas. Esto explica probablemente por qué Escocia no adoptó la ceremonia de instalación del Maestro de la Logia, abandonada antes de 1736 por las logias dependientes de la Gran Logia de Inglaterra. Esta ceremonia formaba parte del modo de trabajo de la Gran Logia de los Antiguos, pero no se convirtió en práctica general en Inglaterra sino hasta después de la unión de las dos Grandes Logias en 1813. No se adoptó en Escocia antes de mil ochocientos setenta y pico. A la luz de la evidencia que tenemos, parece prácticamente seguro que la transformación del trabajo operativo en especulativo no se originó en Escocia, y es probablemente cierto que la influencia escocesa en ese desarrollo fue o poca o ninguna. Inglaterra. No parece que en Inglaterra, en el siglo diecisiete y principios del dieciocho los masones no operativos o gentilhombres se afiliaran a logias operativas, como en Escocia; en las memorias de las antiguas logias operativas de Swalwell y Alnwick no hay huella de la admisión de miembros no operativos antes de 1732 y 1748 respectivamente. De otro lado, algunos masones operativos eran miembros de logias de aceptados, en Londres, Chester y York; y, de acuerdo a los Nuevos Artículos de las versiones del Ms. Constitutions que pertenecen a la familia Roberts,3 debía estar presente por lo menos un hombre del oficio en la recepción de un francmasón. Hay evidencia que demuestra que algunos masones de oficio eran también masones aceptados; pero puede presumirse que la ceremonia mediante la cual eran recibidos como tales era diferente a cualquier otra en uso para su admisión en una logia inglesa operativa. Por otra parte, no hay ninguna prueba que sugiera que las asociaciones de masones aceptados estaban sujetas en algún aspecto al control de una organización de operativos. Si algún tipo de control existió, fue ejercido por masones aceptados, tanto antes como después de 1717, año en que fue establecida la Gran Logia. Se deduce de ello que los masones aceptados de Inglaterra, al hallarse más libres respecto al control operativo que los de Escocia, tuvieron un mayor poder para introducir innovaciones y elaborar el ritual tradicional. Además, si supusiéramos que la condición esencial de libertad respecto al control operativo había existido antes de 1717, resultaría que las innovaciones podrían haberse introducido tan fácilmente en 1707, como en 1697, o 1727. Irlanda. Al considerar la situación en la Irlanda de la misma época, se añade, a la inseguridad que ya existe con respecto a la fecha o fechas de los cambios fundamentales en masonería, una incertidumbre más, referida al lugar o lugares en que esos cambios fueron originados. Los hechos que conocemos relacionados con la masonería en la Irlanda de antes de 1730 son muy pocos desgraciadamente; la mayor parte de ellos los debemos a las investigaciones de Chetwode Crawley en la última década del siglo diecinueve, complementadas con las más recientes de los Hnos. Lepper y Crossle. No parece que los operativos irlandeses se hayan asociado en logias "territoriales" como hicieron los escoceses; pero, de vez en cuando, masones ingleses trabajaron en Irlanda, y pudieron haber introducido un conocimiento de sus usos y prácticas entre los canteros de ese país, de quienes, a su debido tiempo, los gentilhombres irlandeses pueden haber obtenido su conocimiento del Oficio. Ciertamente, el Hno. Lepper hace hincapié en el hecho de que durante algunos años antes de 1688, que es cuando aparece la primera huella de una logia de masones aceptados en el Trinity College de Dublín, en dicho Colegio se hallaban en marcha un buen número de trabajos de construcción. Si en Irlanda los no operativos o aceptados hubieran pertenecido a logias de operativos como en Escocia, sería razonable suponer que era de éstos que habían obtenido su conocimiento de la masonería, pero de hecho no aparece que hayan pertenecido a esas logias. la magra evidencia de que disponemos señala a masones no operativos o aceptados reuniéndose en logias de masones aceptados, como en Inglaterra. Tanto la logia de francmasones del Trinity College de Dublín, aludida en la lista de 1688, como la que se hallaba presente en Doneraile House en 1712 -asumiendo que el episodio de la Hon. Elizabeth Saint-Leger y la logia de la que se supone oyó por casualidad, no es puramente mítico por lo que concierne a la logia-, fueron ambas, hasta donde uno puede decir, logias de masones aceptados, según el modelo inglés. Así pues, en vista de las estrechas conexiones literarias, intelectuales y sociales entre Dublín e Inglaterra en ese periodo, me parece más probable que aquella masonería adoptada o aceptada respecto a la cual el Dr. Robert Plot afirmaba, escribiendo en 1686, que se hallaba más o menos diseminada por toda la nación había llegado a Irlanda de una manera similar a como lo hizo a diversas partes de Inglaterra. Si ello fue así, ocurrió bajo un control menos efectivo aún que cualquiera que hubiera podido existir en Inglaterra antes de 1717, proporcionando en consecuencia mayores oportunidades todavía para la introducción de cambios fundamentales en el modo de trabajo. Nos acercamos ahora al problema central de este artículo,
a saber, una investigación sobre qué cambios fueron introducidos
en el trabajo masónico circa 1700, al menos hasta donde puede
seguírseles la pista, así como a los tres problemas vinculados
estrechamente con el anterior: cuándo se hicieron esos cambios,
dónde se hicieron, y quién los hizo.
Estas Constituciones de Anderson contenían una Aprobación de la Gran Logia, y también una Orden, firmadas por el Gran Maestre y el Gran Maestre Diputado para la publicación del libro. Sin embargo, la cuestión de la confirmación de las Regulaciones Generales "hasta donde sean consecuentes con las Antiguas Leyes de la Masonería" fue planteada en la Reunión Anual de la Gran logia el 24 de Junio de 1723, sin duda por la razón técnica de que la Aprobación y la Orden de publicación sólo habían sido aprobadas en Sesión Trimestral. El que la primera fuera solicitada para las Constituciones en general, o bien para las Regulaciones Generales en particular, no aparece con claridad en las actas de la Gran Logia. En realidad, no se otorgó ninguna confirmación; en su lugar se aprobó una resolución de que "no está en poder de ninguna persona o Grupo de personas efectuar ninguna Alteración o Innovación en el Cuerpo de la Masonería sin obtener primero el consentimiento de la Gran logia Anual," resolución que según puede observarse reclamaba para la Gran logia poderes más amplios que los que se piden ahora. De las actas de procedimiento de la Gran Logia Anual se desprende que las Constituciones de Anderson no contaron con una entera aprobación ni siquiera en la Gran Logia. Fuera encontraron una buena dosis de hostilidad. la versión histórica de Anderson fue atacada en el panfleto Briscoe de 1724, y se hizo burla de ella en An Ode to the Grand Khaibar, de 1726; asimismo el autor fue ridiculizado en los escritos de los Gormogones. la tensión que se produjo en la Gran logia a raíz de "las Antiguas leyes de la Masonería" ha sido utilizada a veces para deducir que fueron los masones de oficio los que en primer lugar se opusieron a las innovaciones de Anderson, pero el acaloramiento con el que muchos masones de hoy en día resisten los intentos de apartarlos de las prácticas establecidas o del ritual me inclina a pensar que la oposición a Anderson no procedía necesariamente de aquéllos. 2. Al cabo de unos pocos
años de la publicación de las Constituciones de Anderson
de 1723, hizo su aparición una revisión distinta de los deberes
del Constitutions of Masonry: se la encuentra en primer lugar en
el Pocket Companion for Free-Masons de Smith, publicado en londres
en diciembre de 1734. El Pocket Companion contiene lo que se describe
como "Un Breve Deber para darse a los nuevos Hermanos", el cual no guarda
relación con el Deber de Aprendiz contenido en algunas versiones
del Ms. Constitutions que es de carácter definitivamente
operativo. Coincide en muchos aspectos con los "Deberes de un Francmasón"
de Anderson, pero incluye asimismo temas enteramente distintos. Para mostrar
la relación entre estos últimos, publico aquí completo
el "Breve Deber para los nuevos Hermanos", junto a pasajes paralelos de
los "Deberes de un Francmasón" de Anderson.
4. La impresión general que deja en la mente del lector la descripción de Anderson de la Ceremonia de Instalación es de dignidad en los procedimientos, algo muy diferente de las ceremonias descritas en los primeros catecismos masónicos, con sus "mil posturas y muecas ridículas" para espantar al candidato.4 El esfuerzo por eliminarlas y mantener la dignidad en los procederes fue probablemente uno de los cambios introducidos por la recién formada Gran Logia, y se refleja en uno de los reglamentos adoptados (bajo recomendación del Dr. Desaguliers) por la logia constituida en el Maid's Head, Norwich, en mayo de 1724, que dice: "Que no se gaste ninguna broma ridícula a nadie cuando sea admitido." 5. Un anuncio en un periódico de 1726, citado por Henry Sadler, hace referencia a las "innovaciones" introducidas últimamente "por el Doctor [probablemente Desaguliers] y algún otro de los Modernos", las que parece ser consistían principalmente en la sustitución del antiguo método del "dibujado de la logia" con tiza y carboncillo por un sistema con cinta y clavos, que a su vez fue suplantado por el paño del suelo y el cuadro de logia. 6. Un primer ejemplo de la
modificación del ritual masónico lo proporciona "Una Oración
para ser dicha en la apertura de una Logia, o en la constitución
de un Hermano", impresa en las Constituciones de Pennell, publicadas
en Dublín en 1730, oración que no se halla en las Constituciones
de Anderson de 1723, a pesar de que estas fueron seguidas de cerca por
Pennell en otros aspectos. Con objeto de mostrar la evolución en
el ritual, incluyo la Oración de Pennell junto a "Una Plegaria antes
de la Tenida" incluida en la Carta Masónica de la Logia de Aberdeen,
de 1670.
En Inglaterra, la masonería aceptada o especulativa de 1717 en adelante, parece haberse desarrollado como una institución relativamente próspera, si es que no aristocrática, que otorgaba mayor peso a la sociabilidad y al banquete que al trabajo ceremonial. La tensión aparecida en ocasión de la Fiesta Anual, cuando las Regulaciones Generales de la Gran Logia, y el alegato de Lawrence Dermott, de que "cerca del año 1717 algunos alegres camaradas que habían obtenido el grado de un arte (aunque muy enmohecido) resolvieron formar una Logia para ellos mismos", pueden ser tomados quizá como indicaciones de esas tendencias. Si la apreciación de más arriba es correcta, en los primeros días posteriores a 1717 las logias particulares que se hallaban bajo la Gran Logia eran probablemente poco más que sociedades de convivencia. Dos indicativos de su negligencia respecto a las ceremonias los proporcionan: la dificultad, mencionada por el Dr. William Stukeley, de encontrar suficientes miembros para realizar la ceremonia en 1721, cuando fue hecho masón, y el hecho indudable de que las logias bajo la primera Gran Logia dejaron muy pronto de realizar la ceremonia de instalación del Maestro, si es que alguna vez la hicieron. Dos de los cambios que previamente hemos enumerado, a saber, el intento de suprimir las muecas y el substituir con el uso de cinta y clavos la antigua práctica del dibujado de la logia con tiza y carbón, parecerían concordar con lo que se conoce acerca del desarrollo de la masonería bajo la primera Gran Logia. La presencia de un elemento aristocrático y rico tendería a desarrollar una cierta formalidad y dignidad en los procedimientos; el uso de la tiza y el carbón para trazar la logia, y su borrado posterior con balde y estropajo por parte del último aprendiz aceptado, dejarían de ser adecuados cuando el suelo de la sala de la logia ya no fuera de piedra, sino que se hallara cubierto de alfombra, como fue probablemente el caso de las logias más prósperas. En Irlanda, a comienzos del siglo dieciocho, la francmasonería fue al parecer una institución menos aristocrática que en Inglaterra, otorgándosele más importancia al trabajo y a la universalidad del Oficio, y menos al refrigerio y a la posición social de los miembros. Posiblemente sería correcto afirmar que había más interés intelectual en la masonería en Irlanda que en Inglaterra bajo la primera Gran Logia. Es ciertamente notable que las dos réplicas al The Grand Mystery of Free-Masonry Discovered (Londres, 1724), una a modo de sátira, A Letter from the Grand Mistress of the Female Free-Masons (Dublín, 1724), y la otra en forma de defensa, The Free-Masons Vindication, emanaran ambas de Irlanda. Todas las evidencias a nuestro alcance señalan a los masones irlandeses, y a aquellos masones en Inglaterra pertenecientes a las logias sujetas a la Gran Logia de los Antiguos, estrechamente vinculada con la masonería irlandesa, como a firmes defensores de las prácticas masónicas establecidas desde antiguo y fuertes opositores a cambios e innovaciones en el ritual. Hasta 1730, o incluso algo más tarde, las masonerías inglesa e irlandesa parecen haber sido prácticamente idénticas. En 1725-26 Sir Thomas Prendergast, Bart., fue al mismo tiempo Segundo Gran Vigilante de Inglaterra y Primer Gran Vigilante de Irlanda; otros prominentes masones irlandeses, como el Hon. James O'Brien y Springett Penn, Gran Maestre y Gran Maestre Diputado de la Gran Logia de Munster en 1726-27 y 1727-28, eran miembros de logias londinenses; Lord Kingston, un distinguido masón irlandés, fue Gran Maestre de Inglaterra en 1729 y Gran Maestre de Irlanda en 1730. Este año vio también la publicación en Dublín de las Constitutions of the Free-Masons de Pennell, que seguían muy de cerca las Constituciones de Anderson de 1723. Después de 1730 la situación es menos clara. En 1735 apareció en Dublín una edición irlandesa del Pocket Companion for Free-Masons de Smith (publicado en Londres en 1734), que contenía incluso una Aprobación de la Gran Logia de Irlanda, cosa que parece implicar que las masonerías inglesa e irlandesa eran en gran parte la misma aún en 1735. No obstante, algunas actas de 1730 de la primera Gran Logia se prestan, tales como son, a la interpretación de que se hicieron algunos cambios en ese año, aunque cuando estos fueron anulados, y las antiguas prácticas restauradas, en 1809, en el acta de la Gran Logia se hace referencia a cambios introducidos en o alrededor de 1739. Así pues, la fecha exacta de las innovaciones que finalmente condujeron a la ruptura de relaciones por un largo período entre la primera Gran Logia y la Gran Logia de Irlanda, sigue siendo incierta, pero probablemente no nos equivocamos afirmando que esos cambios se originaron en la década 1730-40. Los cambios particulares, sin embargo, quedan fuera de este artículo. A la luz de lo que he llamado la atmósfera masónica de Inglaterra e Irlanda a comienzos del siglo dieciocho, hemos de preguntarnos ahora dónde se originaron los distintos cambios de los que hay vestigios en la evolución de la masonería operativa en especulativa. De los siete cambios arriba reseñados, tres, hasta donde se puede deducir, aparecen definitivamente vinculados con la primera Gran Logia de Londres, a saber: la revisión de la Historia y los Deberes, tal como se publicó en las Constituciones de Anderson de 1723; la substitución con cinta y clavos del antiguo método de trazado de la logia con tiza y carbón, y el intento de realzar la dignidad de los procedimientos mediante la eliminación de la chanza. Puede observarse que ninguno de estos cambios tienen que ver directamente con el ritual, en cuyo cumplimiento la primera Gran Logia y sus logias subordinadas fueron al parecer algo tibias, y a cuya preservación inalterada la masonería irlandesa dio tan grande importancia. Los otros cuatro cambios o elaboraciones conciernen muy definitivamente al ritual. A pesar de eso, fueron indudablemente aceptados por la Gran Logia de Irlanda, y en tres de los cuatro casos hay incluso motivos para pensar que posiblemente pudieron haber sido originados en este país. La nueva Oración de Apertura fue publicada por vez primera, hasta donde se sabe, en las Constituciones de John Pennell de 1730, y ciertamente esto da a pensar que se originara en Irlanda. El Deber para los nuevos Hermanos, hasta donde tengo noticia, lo fue en la edición londinense de Smith del A Pocket Companion for Free-Masons, publicada en diciembre de 1734, pero la edición irlandesa de la primavera siguiente contiene una Aprobación de la Gran Logia de Irlanda, que sigue inmediatamente al Deber Particular, y que podría considerarse como más especialmente dedicada a este. Además, hay quien ha sostenido que William Smith era masón irlandés, y se afirma también que posiblemente era él el escritor de los Deberes en cuestión. Si ambas hipótesis son acertadas, el origen irlandés del Deber para los nuevos Hermanos se halla claramente señalado. La referencia más temprana que se conoce referida a tres grados distintos en la masonería, cada uno con sus propios secretos, se halló en el Ms. Trinity College, Dublín, 1711, un documento que formaba parte de la colección de papeles de Sir Thomas Molyneux (1661-1733), famoso doctor y científico de esa ciudad, quien, según la opinión del Dr. J. Gilbart Smyly, bibliotecario del Trinity College, posiblemente lo habría escrito. Así pues, a menos que aparezca alguna evidencia en contrario, parecería que tenemos un caso en el que prima facie habríamos de atribuir el desarrollo del sistema de tres grados a los masones irlandeses. La innovación restante, de acuerdo a la comparación con la práctica operativa -la ceremonia de constitución de una nueva logia y de instalación del maestro de una logia- fue descrita en primer lugar en las Constituciones de Anderson de 1723, así que no sería ilógico atribuir su origen a los masones vinculados a la primera Gran Logia, si es que no al propio Anderson. De este modo, nos encontramos por el momento ante la conclusión
un poco sorprendente de que los masones irlandeses, que aborrecían
las innovaciones, fueron posiblemente los responsables de tres cambios
importantes en el ritual, y de que los masones ingleses vinculados con
la primera Gran Logia, que procuraban la reducción y simplificación
de las ceremonias masónicas, fueron probablemente los responsables
de una nueva y elaborada ceremonia. Estas conclusiones provisionales resultan
totalmente incompatibles con las apreciaciones de Henry Sadler y Chetwode
Crawley así como también con el carácter de las masonerías
inglesa e irlandesa del siglo dieciocho. Si aceptamos las apreciaciones
de éstos, y carezco de fundamento para refutarlas, debemos reexaminar
la situación con respecto al origen de estos cambios en particular
para ver si es que al menos no podemos encontrar explicaciones que estén
más en armonía con el probado carácter de las masonerías
contemporáneas inglesa e irlandesa. Al buscar explicaciones así,
se plantea inmediatamente la cuestión de las fechas en las que fueron
introducidos esos cambios. El problema de dónde se hicieron por
primera vez está mezclado inextricablemente con el de cuándo,
y sugiero examinar ambos a la vez.
En lo concerniente al "deber breve y esencial" con que se acompañaba la presentación de cada uno de los instrumentos del oficio de Maestro, no es imposible que la práctica de filosofar sobre las herramientas de trabajo del masón hubiera sido introducida en una fecha anterior por masones aceptados, pues el uso de herramientas por los Francmasones es referido por Randle Holme IIIº en un pasaje muy conocido de su Academie of Armory publicado en 1688: "No puedo sino venerar a la Confraternidad de los Masones, debido a su antigüedad, y más siendo miembro de esta sociedad llamada Franc-Masones; en el trato con ellos he observado el uso de varias herramientas que cito,5 algunas de las cuales he visto portar en escudos de armas." Desgraciadamente no explica 'el uso' que hacían los francmasones de las 'herramientas'. La expresión de Anderson: "de acuerdo a los antiguos usos de los masones" no tiene por qué implicar necesariamente "procedentes de los operativos"; la práctica podría haber sido originada entre los masones aceptados del siglo diecisiete y aún así no sería deshonesto describirla como "de acuerdo a los antiguos usos". El Deber para los nuevos Hermanos. Las claras y estrechas relaciones entre este Deber, tal como se encuentra publicado en el Pocket Companion, y Los Deberes de un Franc-Masón de Anderson ya han sido señaladas. Si dicho Deber estuviera basado en Anderson, no podría haber sido puesto a punto sino hasta después de 1723, y en ese caso los masones irlandeses lo habrían aceptado a pesar de un origen tan reciente. Sin embargo, no hay nada que demuestre positivamente que este Deber se basó en el de Anderson; me parece igualmente posible que fuera Anderson quien tuviera este ante sí cuando preparaba sus Deberes de un Franc-Masón. En apoyo de esta consideración, podría atenderse al hecho de que el Deber para los nuevos Hermanos comienza: "Sois ahora admitido por unánime consentimiento de nuestra Logia, como Compañero de nuestra Antigua y Venerable Sociedad," una afirmación que sin duda alguna habría sido cierta en una logia de masones aceptados del siglo diecisiete, quienes hasta donde uno puede decir parece que admitían a candidatos directamente como Compañeros, pero que no correspondería a la práctica implicada en las obras de Anderson o Pennell, de acuerdo a las cuales los candidatos eran recibidos en su primera admisión como Aprendices (Aceptados). La Oración de Apertura. Si bien no aparecen vestigios de la forma ampliada de la Oración de Apertura antes de 1730, en que fue publicada en las Constituciones de Pennell, no por ello se deduce necesariamente que su composición hubiera sido reciente. Podía perfectamente haber existido cuando Anderson preparaba sus Constituciones, pero este, en tanto que religioso escocés, puede que no haya querido publicar la oración en forma completa. En vista de su carácter claramente cristiano, parece probable que esta oración haya sido compuesta en el tiempo en que la Masonería tenía todavía una base Trinitaria. Sería difícil entender cómo la forma ampliada de la Oración de Apertura podría haber sido escrita como parte del ritual una vez que hubo aparecido el primer deber de Anderson, "Respecto a Dios y la Religión," el cual substituía Cristianismo por Teísmo, o una vez que había sido preparada la revisión de Pennell de ese deber, que hacía a la Masonería enteramente no-sectaria. Asumiendo que probablemente tuvo su origen antes de 1723, no veo razón para que no se la debiéramos a un masón o masones de finales del siglo diecisiete, periodo en el que, según Plot, la costumbre de admitir gente en la Sociedad de Francmasones estaba difundida más o menos por toda la nación. El Sistema de Tres Grados. A pesar de que no hay huellas del sistema de tres grados, como esquema completo en tres ceremonias separadas, antes de 1725 o 1730, podría haber una pequeña duda sobre si los cambios preliminares, mediante los que el conocimiento esotérico repartido originalmente entre dos categorías de masones operativos llegó a ser dividido en tres categorías de masones aceptados, tuvieron lugar en una fecha anterior. Que ello ya había ocurrido en 1711 puede deducirse del siguiente pasaje del Ms. Trinity College, Dublín:
Nuestro problema inmediato es considerar si esta triple
división del conocimiento esotérico masónico, introducida
por masones aceptados en lugar de la división en dos practicada
por los masones operativos de Escocia, se originó en Irlanda en
alguna fecha previa a 1711, o si surgió entre los masones aceptados
de Inglaterra en una fecha todavía anterior, siendo transmitida
de Inglaterra a Irlanda ya sea cuando se introdujo por primera vez la masonería
aceptada en Dublín antes de 1688, o cuando fue reintroducida antes
de 1711, suponiendo que se hubiera extinguido después de aquel año.
A no ser que los masones aceptados irlandeses de circa 1700 fueran
muy diferentes en su actitud respecto a las costumbres masónicas
que sus sucesores de circa 1725, me parece muy inverosímil
que los masones irlandeses originaran la triple división del conocimiento
esotérico; me inclino a pensar, pues, que fue introducida en Irlanda
desde Inglaterra. A juzgar por Plot, la década 1680-89 fue un activo
periodo en la masonería aceptada, mientras que no existen indicaciones
semejantes respecto a la primera década del siglo dieciocho. Las
probabilidades, por lo tanto, parecen estar a favor de que la división
ternaria de los secretos masónicos haya sido originada por masones
ingleses aceptados a finales del siglo diecisiete, antes que a comienzos
del dieciocho.
Conclusión. Los
argumentos aportados en este artículo pueden resumirse diciendo
que cuando se coordinan las evidencias inglesas e irlandesas relacionadas
con la masonería de comienzos del siglo dieciocho, el balance de
probabilidades parece estar a favor de la opinión de que distintos
e importantes cambios en el modo de trabajo masónico, cuyas huellas
sólo pueden seguirse exactamente en la tercera década del
siglo dieciocho, fueron originados en realidad en un periodo anterior,
muy probablemente en la década de 1680-89, o incluso algo antes.
En apoyo de esta conclusión provisional, puede considerarse el hecho
de que ya en 1688 la práctica de los operativos de auxiliar a los
hermanos en desgracia había sido al parecer adoptada por los masones
aceptados de Inglaterra y de Irlanda, a juzgar por la afirmación
de Aubrey en 1686 de que "cuando uno de ellos se arruina, la fraternidad
debe socorrerle," y por la referencia en la lista de Dublín de 1688
a la ayuda dada a un mermado hermano por la Fraternidad de Francmasones
que se hallaba en el Trinity College y sus alrededores. La única
referencia a la Caridad contenida en el Ms. Constitutions es el
deber de recibir y sostener a los masones foráneos, proporcionándoles
trabajo durante al menos una quincena, o bien dándoles dinero para
llegar a la siguiente logia. Por otro lado, los Estatutos de 1670 de la
Logia de Aberdeen contienen regulaciones acerca de la Caja Masónica.
Si la Asistencia había sido adoptada como uno de los Grandes Principios
de la masonería aceptada de 1688, como parecería haber sido
el caso, no sería extraño que algún tipo de alocución
acerca de la Caridad hubiera sido introducida en la ceremonia de aceptación
por esa fecha, para complementar cualquier referencia a la misma que pudiera
hallarse incluida en los reglamentos de logia. Si esta conjetura es correcta,
otro cambio más habría sido introducido en el trabajo masónico
circa 1680. El que considerables modificaciones del modo de trabajo
operativo hayan sido efectuadas probablemente por masones aceptados alrededor
de 1686 lo sugiere también la declaración de Aubrey de que
"la manera de su Adopción es muy formal," observación que
no se aplicaría muy adecuadamente a las en cierto modo crudas costumbres
y frases vinculadas en la Escocia del siglo diecisiete con la comunicación
de la Palabra Sagrada. Así pues, tomando todo en cuenta, parecería
que hay razonablemente buenos fundamentos para pensar que algunos de los
importantes cambios introducidos por los masones aceptados en las antiguas
ceremonias operativas ya existían en las últimas décadas
del siglo diecisiete, treinta años o más antes de la fecha
que comúnmente se supone. Traducción:
J. M. R.
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NOTAS | |
1 | En la preparación de este ensayo, que es para ser comunicado muy en breve a la logia Quatuor Coronati, he contado con el auxilio de sugerencias y críticas muy provechosas de mis colegas, G. P. Jones y Douglas Hamer. Estoy también en deuda con el Sr. H. M. McKechnie, Secretario de la Manchester University Press, que muy amablemente lo ha preparado para la imprenta. Debo agradecer también a mi colega, A. G. Pool, por leer las galeradas, y al Hno. J. Heron Lepper por enviarme muy afablemente varios comentarios. Como, en general, él está de acuerdo con mis conclusiones, no he querido incorporar sus observaciones, sino dejar que presente su parecer ante los Hermanos cuando el documento sea leído en logia. |
2 | Traducimos en todo el texto 'Mason Word' por 'Palabra Sagrada', su correspondiente en otros Ritos no ingleses [N. de T.] |
3 | Grupo de manuscritos entre los llamados "Old Charges"; el original de este se considera debió escribirse después de 1663 [N. de T.]. |
4 | En A Mason's Examination, de 1723 (incluido en The Early Masonic Catechisms) puede leerse: "Después de lo cual, ha de contemplar mil diferentes Posturas y Muecas, todas las cuales debe imitar exactamente" [N. de T.]. |
5 | En el manuscrito de los capítulos
14-22 del Tercer libro de The Academie of Armory (B. M. Harl. Ms.
2033, publicado por el Roxburghe Club en 1905), Randle Holme trata sobre
las herramientas de varios oficios, pero las de los masones no aparecen
incluidas. |
Los Discursos de Andrew Ramsay |
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