LA RESURRECCIÓN DEL COMPAÑERO * |
En la exaltación el compañero resucita maestro. Aquí, después de pasar por su segunda muerte y tercer nacimiento, llamado también resurrección, alcanza, al menos virtualmente, el "estado primordial" del hombre; nombre con el que
La restauración del "estado primordial" es la primera etapa de la realización metafísica del ser, y el fin del proceso de la realización iniciática en la Masonería de los tres grados. A partir de aquí la realización metafísica ofrece la posibilidad de continuar "a la conquista de los estados superiores y finalmente del estado supremo e incondicionado". Restaurar el "estado primordial" del hombre verdadero en el hombre actual es, como va dicho, recuperarlo, recobrarlo, hacer que el hombre en su actual estado humano se vuelva a poner en el estado que la primera humanidad tuvo; seguir el sentido del quinto viaje del aprendiz en su pase a compañero. Verdaderamente aquí no hay progreso y evolución sino regreso e involución. El proceso de la realización iniciática puede contemplarse como una marcha hacia atrás, un volver, desandando un camino olvidado por donde antes ya se pasó, al centro de partida, al punto de origen. En este peregrinaje se muere y se nace a cada paso, pues toda muerte a un estado lleva consigo el nacimiento al estado siguiente. El maestro que nace es el compañero muerto o, dicho de otra manera, el compañero muerto resucita maestro. En la exaltación el compañero revive, valga la paradoja, la muerte del maestro Hiram. El maestro constructor, intérprete de los planos del Templo que concibe y levanta el Gran Arquitecto del Universo. Intermediario entre Este y los obreros que colaboran en la Obra, el Templo del hombre, verdadera "construcción humana" que concierne a las posibilidades del mundo intermedio del alma, como preparación para la realización de las posibilidades del mundo superior. Por la leyenda del rito de exaltación el compañero se identifica con Hiram porque también él va a transformarse, desprendiéndose de la carne en la fosa de este mundo, en mediador entre ambos planos. La aplicación del triple poder del Gran Arquitecto del Universo, con el que ordena y gobierna todas las cosas, le resucita liberando su alma para la ascensión a los mundos superiores, frutos que la Acacia le ofrece. Así, el nuevo maestro puede decir ahora que la Acacia le es conocida. La leyenda del maestro Hiram es el símbolo por el cual el compañero se identifica con el maestro interno. Como todo símbolo, conecta dos realidades y las pone en comunicación. Saca al compañero fuera del tiempo, si así podemos decir, y lo sitúa unido al maestro y a la cadena de sus antepasados, los constructores libres, allí donde cesa la sucesión aparente de las cosas y todo es simultáneo, viviendo el tiempo mítico, el presente eterno. Aquí es donde por primera vez en su corta marcha toma conciencia, en la medida que sea, de lo que puede ser un estado no medido por la forma ni por el tiempo. Esta es la resurrección que abre la posibilidad de ascender a los estados superiores del ser y a la Unión suprema. La puerta que alcanzan los que
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NOTA | |
* | Este trazado pertenece al volumen de arquitectura: La Logia Viva, Simbolismo y Masonería, publicado por Ed. Obelisco, Barcelona, julio 2006. |
1 | La metafísica oriental, de René Guénon. Esta obra expone de manera sintética, precisa y directa, lo que es la metafísica, y la realización metafísica, sus medios, etapas y características. Las siguientes citas también le pertenecen. |
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