Desde esta tribuna de Oradora y en nombre de todos los hermanos de esta Respetable Logia, me cabe el honor de daros la más calurosa bienvenida a esta antigua e ilustre Institución, conocida en todo el mundo como la Orden de la Franc-Masonería. Su fama y notoriedad, debida a los altos ideales que desde siempre ha representado y difundido, así como por su amor hacia las Ciencias y las Artes que enseña y practica han hecho que nuestra Orden recibiera el respeto y la admiración de generaciones de seres humanos que han recibido de ella sus influjos. A nuestra Orden han pertenecido los más insignes hombres y mujeres del pasado, hermanos nuestros que, antes y después de pasar al Oriente Eterno, dejaron a la humanidad, y especialmente a todos los iniciados, sus conocimientos del Arte Real, depositados tanto en sus obras arquitectónicas como en sus tratados sobre las Artes y las Ciencias Sagradas. Siendo la Arquitectura el símbolo o arte de concebir las ideas más elevadas, y la Construcción el arte de realizarlas, es por lo que los masones ven en su Oficio un modo de recrear el Modelo del Mundo y el vínculo de conexión vertical con la Inteligencia creadora, que en Masonería recibe el nombre de Gran Arquitecto del Universo. Entre nuestros antepasados más ilustres han habido reyes como David, Salomón o Balkis, la reina de Saba. Príncipes como Edwin, y hombres de conocimiento como el sabio Pitágoras, el glorioso Platón, el gran Hermes Trismegisto, el geómetra Euclides, el maestro Hiram, la fiel amiga de la Tradición, la noble Ruth, y tantos otros cuya lista sería imposible de enunciar, y cuyo ejemplo y memoria nos ayudan a marchar, a pie firme,
Las puertas del Templo, a las que hoy habéis llamado de forma ritual, se han abierto para vos, pues no hay otro requisito principal para franquearlas que llamar a ellas y reivindicar el lugar que, junto a nuestros afines, nos está reservado ocupar en este concierto cósmico, que la Logia simboliza. Ya que tal y como está dicho:
Sabed, querida hermana, que nos honramos en compartir con vos nuestro secreto, la conciencia de saber que la armonía de nuestra Logia es la imagen del templo que cada uno de nosotros, con la ayuda y la luz de los hermanos, construimos en nuestro interior, para mayor Gloria de aquel que nos reúne y nos concentra, dándonos la fuerza necesaria para que cumplamos con nuestras sagradas obligaciones de masones, extender nuestra Logia hasta cubrir con ella a toda la humanidad. Si no, ¿por qué los trabajos masónicos se realizan a cubierto? Pues:
En esta ocasión solemne, y de vigor para nuestro centro de fuerzas, donde todos somos uno, invocamos con más energía que nunca la Sabiduría del G.·. A.·. D.·. U.·. para que nos guíe e ilumine y podamos culminar la obra de la Masonería: restaurar la Unidad y la Paz en el Mundo, o lo que es lo mismo, la Concordia en los corazones. |
NOTA | |
* | Este trazado pertenece al volumen de arquitectura: La Logia Viva, Simbolismo y Masonería, publicado por Ed. Obelisco, Barcelona, julio 2006. |
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