I
EL ORIGEN DE LA MASONERIA ESPECULATIVA
DOUGLAS KNOOP
Método de aproximación. Las primeras ceremonias masónicas. Las circunstancias en Escocia, Inglaterra e Irlanda. Naturaleza de los cambios: 1, Historia y Deberes; 2, el Deber para los nuevos Hermanos; 3, la ceremonia de Instalación; 4, la eliminación de las muecas; 5, dibujando la logia; 6, la oración de apertura; 7, el sistema de tres grados. El lugar de los cambios. Lugares y fechas de estos. Los autores de los cambios. Conclusión. 

Método de aproximación. En este artículo,1 no se intenta discutir el origen de la Masonería: doy por sentado que no se va a tratar de las costumbres y prácticas de los masones operativos. Tampoco tengo nuevos hechos que presentar a los Hermanos; lo más que puedo reivindicar es el enfoque de los hechos establecidos desde un ángulo algo diferente al acostumbrado. Ha sido lo usual el tratar la historia de la Masonería en Inglaterra, Escocia e Irlanda mediante un desarrollo separado en cada país; pero estoy convencido de que esos desarrollos no pueden ser plena o correctamente entendidos de manera aislada. Es conveniente y deseable, en efecto, disponer de los diferentes informes del surgimiento y expansión de la organización masónica local y central de cada país; pero es necesario guardarse del error de pensar que a finales del siglo diecisiete y principios del dieciocho, cuando la Masonería aceptada o especulativa se desarrollaba a partir de las instituciones operativas, se estaba llevando a cabo un proceso completamente independiente en cada uno de los tres reinos. Si este hubiera sido el caso, tendríamos no uno, sino tres sistemas de Masonería especulativa. Es necesario, por tanto, considerar como un solo todo la evolución del modo de trabajo masónico en ese periodo, y coordinar los hechos inciertos, sin tener en cuenta si conciernen en primera instancia a Inglaterra, Escocia o Irlanda. 
 

LAS PRIMERAS CEREMONIAS MASONICAS
En mi "Prestonian lecture" sobre la "Mason Word",2 en mi "Pure Ancient Masonry" (Ars Quatuor Coronatorum, lIII), y en A Short History of Freemasonry to 1730 (en colaboración con G. P. Jones) he tratado brevemente la evidencia de que se dispone con respecto a las primeras ceremonias masónicas. Aquí, por tanto, sólo he de resumir esa información: a) En Inglaterra, con seguridad desde 1560, se leía una versión del manuscrito Constitutions of Masonry al candidato, el cual tenía que jurar guardar los Deberes. Como estos últimos iban dirigidos a los maestros y compañeros, presumo que el candidato era admitido en la Fraternidad como un compañero o miembro de la Compañía de Masones. b) En Escocia, con certeza desde 1598, la Palabra Sagrada, con todo lo que ella implicaba, era comunicada a los candidatos en dos ceremonias. Mediante la primera el candidato era admitido como aprendiz aceptado, después de haber servido durante siete años como aprendiz de obra; por la segunda era admitido como compañero, después de haber servido por un periodo como aprendiz aceptado. c) En Escocia, comenzando en la segunda mitad del siglo diecisiete, se leía al candidato una versión del Ms. Constitutions of Masonry, copiada directa o indirectamente de algún original inglés, al mismo tiempo que se le comunicaban los secretos de aprendiz aceptado ligados con la Palabra Sagrada. d) En Escocia, donde ya en 1600 eran admitidos masones no operativos o gentilhombres en logias operativas, no era infrecuente que se combinaran las dos ceremonias de admisión en beneficio de varios candidatos, quienes podían así ser recibidos como aprendices aceptados y como compañeros en una sola y misma ocasión. e) No hay evidencia, hasta donde he podido comprobar, de que los operativos ingleses hicieran uso de modos secretos de reconocimiento, e incluso hay algún fundamento para pensar que por lo general no existía en este país ningún sistema semejante, parecido a la institución escocesa de la Palabra Sagrada. Es posible, sin embargo, que la Palabra Sagrada escocesa se hallara en uso entre los operativos del extremo norte de Inglaterra. f) Hay evidencias que sugieren que, a finales del siglo diecisiete y principios del dieciocho, masones ingleses no operativos o especulativos, que se reunían en logias de masones aceptados, hacían uso de signos y toques, y de otros métodos de reconocimiento, que serían probablemente los mismos que aquellos vinculados en Escocia con la Palabra Sagrada. lo más probable es que los masones ingleses no operativos o aceptados derivaran su masonería (directa o indirectamente) de Escocia. g) los Deberes Generales y Singulares del Ms. Constitutions of Masonry contenían varios preceptos morales, además de numerosas regulaciones de la profesión, pero no parece que en ellos se haya querido velar la moralidad en alegoría, o ilustrarla mediante símbolos. Además, toda la información disponible referida a las frases y prácticas vinculadas con la comunicación de la Palabra Sagrada, sugiere que, aparte de la moralidad implicada por la sacralidad e inviolabilidad de un juramento, la Palabra Sagrada no tenía que ver con lo moral, y que el simbolismo entraba en una pequeña parte o en ninguna en cualquier ceremonia vinculada con ella. 
 
LAS CIRCUNSTANCIAS EN ESCOCIA, INGLATERRA E IRLANDA
El principal objeto de este ensayo es considerar los primeros pasos por los que, la algo confusa historia de la industria de la construcción, las regulaciones del oficio y los preceptos morales del Ms. Constitutions of Masonry, junto con los en ocasiones toscos usos y frases asociados con la comunicación de la Palabra Sagrada, fueron finalmente tan modificados y elaborados como para llegar a justificar la afirmación de que la Francmasonería es un peculiar sistema de moral, velado en alegorías e ilustrado por símbolos. Para formarse una opinión acerca de cuándo y dónde fueron introducidos los cambios fundamentales en las prácticas masónicas que acabarían transformando el entero carácter de las ceremonias, deben examinarse brevemente las circunstancias que prevalecían en Inglaterra, Escocia e Irlanda a finales del siglo diecisiete y principios del dieciocho. Podemos comenzar con Escocia, pues aparentemente es de este país que la masonería aceptada o especulativa obtuvo los fundamentos sobre los que sería erigida finalmente la superestructura especulativa. 

Escocia. En la Escocia de esa época, masones no operativos o gentilhombres se incorporaron a las antiguas logias operativas, las cuales regulaban los asuntos masónicos locales, al menos en aquello que no era gobernado por corporaciones del oficio. la autoridad de cada logia en particular, aparte de algunas limitaciones impuestas por la existencia de una corporación local de oficios de la construcción, estaba sujeta en algunos casos a la supervisión de una logia vecina más importante, y en todos al control central ejercido por un oficial real conocido como el Vigilante General y Principal Maestro de Obras. Aunque el número de miembros no operativos pudiera superar al de operativos, como era el caso de la logia de Aberdeen en 1670, no parece sin embargo que se hallaran en situación material de transformar el carácter de las prácticas ligadas con la comunicación de la Palabra Sagrada, que era una institución operativa generalizada en el país. Puede que en el curso de los años la Palabra fuera modificada, y se le hicieran añadidos, aunque sería imposible asegurar que ello hubiera sido resultado de una influencia no operativa, pero tanto las modificaciones como las adiciones, hasta donde uno puede decir, no alteraron de manera fundamental el carácter de las prácticas. El hecho de que cuando el Dr. Desaguliers, Gran Maestre inglés, visitara la logia operativa de Edimburgo en 1721 fuera hallado "debidamente cualificado en todos los puntos de la masonería" y recibido como un hermano sugiere poderosamente que las antiguas prácticas habían sido adoptadas por los masones aceptados ingleses, y que, al menos hasta ese año, no habían estado sujetas mas que a pequeños cambios. 

Murray Lyon, al referirse a esa visita, afirma que no tiene "ninguna duda en atribuir a la reunión que el co-inventor y pionero del sistema tuvo con la logia de Edimburgo en agosto de 1721, el conocimiento y la subsiguiente adopción, por parte de Escocia, de la Masonería simbólica inglesa". El que Escocia importara algo más tarde de Inglaterra su masonería especulativa o simbólica es probablemente cierto; pero hasta qué punto, si ocurrió así, fue Desaguliers responsable del establecimiento de ese sistema, y de la introducción de los distintos cambios, es otro asunto, que debemos examinar a continuación. Aquí puedo recordar a los Hermanos que no fue sino hasta 1736, quince años después de la visita de Desaguliers a la logia de Edimburgo, que se formó la Gran logia de Escocia según el modelo inglés. A consecuencia de ello la masonería no operativa de ese país quedaba sujeta a un nuevo control central, que, sin embargo, no fue universalmente aceptado hasta casi finales del siglo diecinueve. Es posible, desde luego, que el modo de trabajo especulativo inglés, en tanto que distinto de la organización especulativa inglesa, hubiera sido introducido en Escocia antes de 1736, aunque no tengo conocimiento de ningún acta de logia que sugiera que esto fue así. lo que es más probable es que no fuera sino hasta después de la formación de la Gran logia de Escocia en 1736, cuando alrededor de esa fecha se hicieron en las ceremonias inglesas modificaciones parecidas, que estas fueran introducidas en las logias escocesas. Esto explica probablemente por qué Escocia no adoptó la ceremonia de instalación del Maestro de la Logia, abandonada antes de 1736 por las logias dependientes de la Gran Logia de Inglaterra. Esta ceremonia formaba parte del modo de trabajo de la Gran Logia de los Antiguos, pero no se convirtió en práctica general en Inglaterra sino hasta después de la unión de las dos Grandes Logias en 1813. No se adoptó en Escocia antes de mil ochocientos setenta y pico. A la luz de la evidencia que tenemos, parece prácticamente seguro que la transformación del trabajo operativo en especulativo no se originó en Escocia, y es probablemente cierto que la influencia escocesa en ese desarrollo fue o poca o ninguna. 

Inglaterra. No parece que en Inglaterra, en el siglo diecisiete y principios del dieciocho los masones no operativos o gentilhombres se afiliaran a logias operativas, como en Escocia; en las memorias de las antiguas logias operativas de Swalwell y Alnwick no hay huella de la admisión de miembros no operativos antes de 1732 y 1748 respectivamente. De otro lado, algunos masones operativos eran miembros de logias de aceptados, en Londres, Chester y York; y, de acuerdo a los Nuevos Artículos de las versiones del Ms. Constitutions que pertenecen a la familia Roberts,3 debía estar presente por lo menos un hombre del oficio en la recepción de un francmasón. 

Hay evidencia que demuestra que algunos masones de oficio eran también masones aceptados; pero puede presumirse que la ceremonia mediante la cual eran recibidos como tales era diferente a cualquier otra en uso para su admisión en una logia inglesa operativa. Por otra parte, no hay ninguna prueba que sugiera que las asociaciones de masones aceptados estaban sujetas en algún aspecto al control de una organización de operativos. Si algún tipo de control existió, fue ejercido por masones aceptados, tanto antes como después de 1717, año en que fue establecida la Gran Logia. Se deduce de ello que los masones aceptados de Inglaterra, al hallarse más libres respecto al control operativo que los de Escocia, tuvieron un mayor poder para introducir innovaciones y elaborar el ritual tradicional. Además, si supusiéramos que la condición esencial de libertad respecto al control operativo había existido antes de 1717, resultaría que las innovaciones podrían haberse introducido tan fácilmente en 1707, como en 1697, o 1727. 

Irlanda. Al considerar la situación en la Irlanda de la misma época, se añade, a la inseguridad que ya existe con respecto a la fecha o fechas de los cambios fundamentales en masonería, una incertidumbre más, referida al lugar o lugares en que esos cambios fueron originados. Los hechos que conocemos relacionados con la masonería en la Irlanda de antes de 1730 son muy pocos desgraciadamente; la mayor parte de ellos los debemos a las investigaciones de Chetwode Crawley en la última década del siglo diecinueve, complementadas con las más recientes de los Hnos. Lepper y Crossle. No parece que los operativos irlandeses se hayan asociado en logias "territoriales" como hicieron los escoceses; pero, de vez en cuando, masones ingleses trabajaron en Irlanda, y pudieron haber introducido un conocimiento de sus usos y prácticas entre los canteros de ese país, de quienes, a su debido tiempo, los gentilhombres irlandeses pueden haber obtenido su conocimiento del Oficio. Ciertamente, el Hno. Lepper hace hincapié en el hecho de que durante algunos años antes de 1688, que es cuando aparece la primera huella de una logia de masones aceptados en el Trinity College de Dublín, en dicho Colegio se hallaban en marcha un buen número de trabajos de construcción. Si en Irlanda los no operativos o aceptados hubieran pertenecido a logias de operativos como en Escocia, sería razonable suponer que era de éstos que habían obtenido su conocimiento de la masonería, pero de hecho no aparece que hayan pertenecido a esas logias. la magra evidencia de que disponemos señala a masones no operativos o aceptados reuniéndose en logias de masones aceptados, como en Inglaterra. Tanto la logia de francmasones del Trinity College de Dublín, aludida en la lista de 1688, como la que se hallaba presente en Doneraile House en 1712 -asumiendo que el episodio de la Hon. Elizabeth Saint-Leger y la logia de la que se supone oyó por casualidad, no es puramente mítico por lo que concierne a la logia-, fueron ambas, hasta donde uno puede decir, logias de masones aceptados, según el modelo inglés. Así pues, en vista de las estrechas conexiones literarias, intelectuales y sociales entre Dublín e Inglaterra en ese periodo, me parece más probable que aquella masonería adoptada o aceptada respecto a la cual el Dr. Robert Plot afirmaba, escribiendo en 1686, que se hallaba más o menos diseminada por toda la nación había llegado a Irlanda de una manera similar a como lo hizo a diversas partes de Inglaterra. Si ello fue así, ocurrió bajo un control menos efectivo aún que cualquiera que hubiera podido existir en Inglaterra antes de 1717, proporcionando en consecuencia mayores oportunidades todavía para la introducción de cambios fundamentales en el modo de trabajo. 

Nos acercamos ahora al problema central de este artículo, a saber, una investigación sobre qué cambios fueron introducidos en el trabajo masónico circa 1700, al menos hasta donde puede seguírseles la pista, así como a los tres problemas vinculados estrechamente con el anterior: cuándo se hicieron esos cambios, dónde se hicieron, y quién los hizo. 
 

NATURALEZA DE LOS CAMBIOS
1. De acuerdo con la antigua práctica operativa, la leyenda o historia de la construcción, y los deberes o regulaciones que gobiernan el oficio de masón -como los contenidos en el Ms. Constitutions of Masonry- se leían al candidato, quien había de jurar sobre la Biblia cumplir los Deberes. Se introdujeron tres modificaciones a esta práctica: a) la historia de la masonería fue editada y ampliamente revisada por Anderson en sus Constituciones de 1723, en las cuales se deja caer que esta nueva versión de la historia era para "ser leída en la admisión de un Nuevo Hermano", presumiblemente en lugar de la antigua. b) los deberes fueron "resumidos" por Anderson en esas Constituciones, siendo reemplazados los Deberes Generales y Singulares del Ms. Constitutions por "los Deberes de un Francmasón", que eran para "ser leídos en la recepción de Nuevos Hermanos", presumiblemente en lugar de aquéllos. c) la antigua instrucción del Ms. Constitutions of Masonry referida a la administración al candidato del juramento de observancia de los deberes, fue omitida a partir de las Constituciones de 1723. 

Estas Constituciones de Anderson contenían una Aprobación de la Gran Logia, y también una Orden, firmadas por el Gran Maestre y el Gran Maestre Diputado para la publicación del libro. Sin embargo, la cuestión de la confirmación de las Regulaciones Generales "hasta donde sean consecuentes con las Antiguas Leyes de la Masonería" fue planteada en la Reunión Anual de la Gran logia el 24 de Junio de 1723, sin duda por la razón técnica de que la Aprobación y la Orden de publicación sólo habían sido aprobadas en Sesión Trimestral. El que la primera fuera solicitada para las Constituciones en general, o bien para las Regulaciones Generales en particular, no aparece con claridad en las actas de la Gran Logia. En realidad, no se otorgó ninguna confirmación; en su lugar se aprobó una resolución de que "no está en poder de ninguna persona o Grupo de personas efectuar ninguna Alteración o Innovación en el Cuerpo de la Masonería sin obtener primero el consentimiento de la Gran logia Anual," resolución que según puede observarse reclamaba para la Gran logia poderes más amplios que los que se piden ahora. De las actas de procedimiento de la Gran Logia Anual se desprende que las Constituciones de Anderson no contaron con una entera aprobación ni siquiera en la Gran Logia. Fuera encontraron una buena dosis de hostilidad. la versión histórica de Anderson fue atacada en el panfleto Briscoe de 1724, y se hizo burla de ella en An Ode to the Grand Khaibar, de 1726; asimismo el autor fue ridiculizado en los escritos de los Gormogones. la tensión que se produjo en la Gran logia a raíz de "las Antiguas leyes de la Masonería" ha sido utilizada a veces para deducir que fueron los masones de oficio los que en primer lugar se opusieron a las innovaciones de Anderson, pero el acaloramiento con el que muchos masones de hoy en día resisten los intentos de apartarlos de las prácticas establecidas o del ritual me inclina a pensar que la oposición a Anderson no procedía necesariamente de aquéllos. 

2. Al cabo de unos pocos años de la publicación de las Constituciones de Anderson de 1723, hizo su aparición una revisión distinta de los deberes del Constitutions of Masonry: se la encuentra en primer lugar en el Pocket Companion for Free-Masons de Smith, publicado en londres en diciembre de 1734. El Pocket Companion contiene lo que se describe como "Un Breve Deber para darse a los nuevos Hermanos", el cual no guarda relación con el Deber de Aprendiz contenido en algunas versiones del Ms. Constitutions que es de carácter definitivamente operativo. Coincide en muchos aspectos con los "Deberes de un Francmasón" de Anderson, pero incluye asimismo temas enteramente distintos. Para mostrar la relación entre estos últimos, publico aquí completo el "Breve Deber para los nuevos Hermanos", junto a pasajes paralelos de los "Deberes de un Francmasón" de Anderson. 
 

Deberes para los nuevos Hermanos
Deberes de un Franc-Masón
 
Sois admitido ahora por el unánime consentimiento de nuestra Logia, como Compañero de nuestra más Antigua y Honorable Sociedad; Antigua, porque ha subsistido desde Tiempos inmemoriales, y Honorable, porque tiende en todas sus Particularidades a cambiar a un Hombre de tal manera que no sea ya sino conforme a sus gloriosos Preceptos. Los mayores Monarcas de todas las Edades, tanto de Asia y Africa como de Europa, han sido promotores del Arte Real; y muchos de ellos han presidido sobre los Masones como Grandes-Maestres en sus respectivos Territorios, considerando que no lesionaba sus Dignidades Imperiales el ponerse al mismo nivel que sus Hermanos en Masonería, ni el actuar como lo hicieron. 
  
El gran Arquitecto del Mundo es nuestro Supremo Maestro, y la infalible Regla que nos ha dado, es aquella según la cual Trabajamos.
Las Disputas Religiosas jamás están permitidas en la Logia; pues como Masones, sólo seguimos la Religión universal, o Religión de la Naturaleza. Este es el Cemento que une a Hombres de los más diferentes Principios en un solo Vínculo sagrado, y junta a aquellos que se hallaban a la mayor distancia uno del otro.  (P. 54.) Ningún Enfrentamiento o Disputa privados ha de entrar por la Puerta de la Logia, mucho menos cualquier Discusión sobre Religión, Nacionalidades, o Política. (P. 50.) Un Masón está obligado, por su Cualidad, a obedecer la Ley moral . ya que no hay otro expediente que le obligue sino la Religión en la que todos los Hombres están de acuerdo . gracias a la cual la Masonería se convierte en el Centro de la Unión, y en el Medio de conciliar una verdadera Amistad entre Personas que han de permanecer en una perpetua Distancia.
Hay tres Grandes Deberes generales que los Masones deben inculcar siempre, a saber, para con Dios, para con nuestros Prójimos, y para con Nosotros mismos. 
Para con Dios, no mencionando nunca su Nombre si no es con el Temor Reverencial que conviene a una criatura profesar a su Creador, y considerándolo siempre como el Sum(m)um Bonum para deleitarnos con el cual hemos venido al Mundo; y de acuerdo a esta Perspectiva regular todas nuestras Búsquedas. 
  
Para con nuestros Prójimos, obrando según la Escuadra, o actuando como nos gustaría que hicieran con nosotros.
Para con Nosotros mismos, evitando toda Intemperancia y Excesos, a causa de los cuales pudiéramos volvernos incapaces de continuar nuestra Obra, o fuéramos llevados a una Conducta indigna de nuestra loable Profesión; manteniéndonos siempre en los debidos Límites, y libres de toda Corrupción. (P. 54.) Pueden deleitarse con inocente Alegría, tratándose unos a otros de acuerdo a su Capacidad, pero evitando el Exceso.
En el Estado, un MASON ha de conducirse como Súbdito pacífico y respetuoso, amoldándose de buena gana al Gobierno bajo el cual vive. (P. 50.) Un Masón es un Súbdito pacífico de los Poderes Civiles, dondequiera que resida o trabaje.
Debe a sus Superiores una justa Deferencia, y de sus Inferiores antes ha de recibir Honor con cierta Reluctancia, que pretenderlo a la fuerza. (P. 52.) Estas Normas y Reguladores, supremos y subordinados,. son para ser obedecidos en los Puestos respectivos. con toda Humildad, Reverencia, Amor, y Presteza.
Ha de ser un Hombre de Benevolencia y Caridad, que no toma asiento satisfecho mientras sus Semejantes, pero mucho más sus Hermanos, se hallan en Necesidad, cuando es que está en su Poder (sin perjuicio para sí mismo o su Familia) ayudarles. (P. 55.) Si descubrís que es un verdadero y genuino Hermano, debéis respetarlo de acuerdo a ello; y si se halla en necesidad, debéis socorrerlo si podéis,. Pero no estáis obligado a ir más allá de vuestra Capacidad.
En la Logia, ha de permanecer con todo el debido Decoro, para que, de ninguna manera, por falta de ello la Belleza y la Armonía lleguen a ser turbadas o rotas. 

Ha de ser obediente al Maestro y a los Oficiales que la presiden, y aplicarse él mismo de cerca a los Asuntos de la Masonería, para que pueda llegar pronto a ser un Experto en ellos, tanto para su propio Crédito, como para el de la Logia.

(P. 53.) No debéis constituir Juntas privadas, o mantener Conversaciones separadas, antes de Salir de donde el Maestro, tampoco hablar de nada impertinente o fuera de lugar, ni interrumpir al Maestro o a los Vigilantes, o a cualquier Hermano que esté dirigiéndose al Maestro: Tampoco conduciros de manera ridícula o risible en tanto que la Logia está comprometida en lo que es serio y solemne; ni usar ningún Lenguaje inconveniente bajo ningún Pretexto; sino cumplir la debida Reverencia a vuestro Maestro, Vigilantes, y Compañeros, y considerarlos con la debida veneración.
No debe negligir sus necesarias ocupaciones a causa de la Masonería, ni involucrarse en Disputas con aquellos que por Ignorancia puedan hablar mal de ella, o ridiculizarla.  

Ha de ser un Amante de las Artes y las Ciencias, y aprovechar todas las Oportunidades de perfeccionarse en ellas.  

Si recomienda a un Amigo el hacerse Masón, debe asegurarse de que [éste] sea como él cree ha de ser para conformarse a las obligaciones antedichas, no vaya a ser que por su Mala conducta la Logia haya de sufrir en algún Momento una Acusación. Nada puede causar más disgusto a todos los fieles Masones, que ver a cualquiera de sus Hermanos profanar o traspasar las sagradas Leyes de su Orden, y llegar a desear no haberlo admitido nunca.

3. Una Posdata a las Constituciones de 1723 contiene la manera de constituir una nueva logia, incluyendo la instalación del nuevo Maestro. Hasta donde yo sé, es la referencia más antigua acerca de ello, y es posible que esta doble ceremonia, que se halla descrita con algún detalle, representara una considerable elaboración de una práctica ya existente, y asimismo puede haber sido completamente nueva. Como es el único informe oficial que poseemos de una ceremonia masónica tal como era practicada en el año 1722, lo publico entero, con las itálicas y mayúsculas del original 
 
Una Nueva Logia, para evitar diversas Irregularidades, debe ser constituida solemnemente por el Gran-Maestre, acompañado de su Diputado y Vigilantes; o, en Ausencia del Gran-Maestre, el Diputado actuará por Merced de éste, y designará algún Maestro de Logia para que le asista; o en caso de que el Diputado esté ausente, el Gran-Maestre deberá llamar a algún Maestro de Logia para que actúe como Diputado pro tempore. 

Si los Candidatos, el nuevo Maestro y los Vigilantes, son todavía Compañeros, el GRAN-MAESTRE debe inquirir a su Diputado si los ha examinado, y si ha hallado que el Candidato a Maestro está bien experimentado en la noble Ciencia y el Arte real, y debidamente instruido en nuestros Misterios, etc. 

Y respondiendo afirmativamente el Diputado, tomará éste (por Orden del Gran-Maestre) al Candidato de entre sus Compañeros, y lo presentará al Gran-Maestre; diciendo, Muy venerable GRAN-MAESTRE, los Hermanos aquí presentes desean ser constituidos en una nueva Logia; y presento a este mi digno Hermano para que sea su Maestro, el cual sé que es de buena Moral y gran Experiencia, genuino y digno de confianza, y un amante de la Fraternidad toda, dondequiera que esta se halle dispersa sobre la Faz de la Tierra. 

Entonces el GRAN-MAESTRE, situando al Candidato a su Mano izquierda, habiendo requerido y obtenido el unánime Consentimiento de todos los Hermanos, dirá: Constituyo y conformo a estos buenos Hermanos en una nueva Logia, y os designo su Maestro, no dudando de vuestra Capacidad y Cuidado para preservar el Cemento de la Logia, etc. con algunas otras Expresiones que son adecuadas y usuales para esta Ocasión, pero que no lo son para ser escritas.  

A continuación el Diputado recitará los Deberes de un Maestro, y el GRAN-MAESTRE interrogará al Candidato, diciendo, ¿Os sometéis a estos Deberes, tal como han hecho los Maestros en todas las Edades? Y expresando el CANDIDATO su cordial Sumisión a ellos, el Gran-Maestre, mediante ciertas Ceremonias significativas y antiguos Usos, lo instalará, y le obsequiará las Constituciones, el Libro de Logia, y los Instrumentos de su Oficio, no todos juntos, sino uno después de otro; y después de cada uno de ellos, el Gran-Maestre, o su Diputado, recitarán el Deber breve y esencial que conviene a lo que se entrega. 

Después de ello, los Miembros de esta nueva Logia, inclinándose a la vez ante el Gran-Maestre, le darán sus Respetuosas Gracias, e inmediatamente harán su Homenaje a su nuevo Maestro, expresando su Promesa de Sujeción y Obediencia a él mediante la Congratulación acostumbrada. 

El Diputado y los Grandes-Vigilantes, y cualquier otro Hermano presente, que no sean Miembros de esta nueva Logia, felicitarán seguidamente al nuevo Maestro; y él manifestará su Reconocimiento primero al GRAN-MAESTRE, y a continuación al resto en su Orden. 

Entonces el Gran-Maestre pedirá al nuevo Maestro que comience inmediatamente el Ejercicio de su Oficio, escogiendo sus Vigilantes: Y el NUEVO MAESTRO llamando a dos Compañeros, los presentará al Gran-Maestre para su Aprobación, y a la nueva Logia para su Consentimiento. Y habiendo sido otorgado esto, 

El primero o el segundo GRAN-VIGILANTE, o algún Hermano por él, recitará los Deberes de los Vigilantes; y siendo solemnemente interrogados los Candidatos por el nuevo Maestro, expresarán su Sumisión a ellos. 

Realizado lo cual el NUEVO MAESTRO, obsequiándoles con los Instrumentos de su Oficio, los instalará, en la Forma debida, en sus correspondientes Puestos; y los Hermanos de esta nueva Logia manifestarán su Obediencia a los nuevos Vigilantes mediante la usual Congratulación.

Esta descripción de la Ceremonia de instalación contiene la primera alusión que conozco a "los Deberes de un Maestro" (posiblemente el prototipo de los Deberes que ahora se imprimen al comienzo del Libro de las Constituciones), a "los Deberes de los Vigilantes" (posiblemente el prototipo de lo que se llama ahora De los Vigilantes), y al "Deber breve y esencial que conviene a cada cosa que se muestra," el cual acompañaba la presentación de cada uno de los instrumentos del oficio (precursor, posiblemente, de la práctica de filosofar sobre las herramientas cuando estas son presentadas a los Candidatos). 

4. La impresión general que deja en la mente del lector la descripción de Anderson de la Ceremonia de Instalación es de dignidad en los procedimientos, algo muy diferente de las ceremonias descritas en los primeros catecismos masónicos, con sus "mil posturas y muecas ridículas" para espantar al candidato.4 El esfuerzo por eliminarlas y mantener la dignidad en los procederes fue probablemente uno de los cambios introducidos por la recién formada Gran Logia, y se refleja en uno de los reglamentos adoptados (bajo recomendación del Dr. Desaguliers) por la logia constituida en el Maid's Head, Norwich, en mayo de 1724, que dice: "Que no se gaste ninguna broma ridícula a nadie cuando sea admitido." 

5. Un anuncio en un periódico de 1726, citado por Henry Sadler, hace referencia a las "innovaciones" introducidas últimamente "por el Doctor [probablemente Desaguliers] y algún otro de los Modernos", las que parece ser consistían principalmente en la sustitución del antiguo método del "dibujado de la logia" con tiza y carboncillo por un sistema con cinta y clavos, que a su vez fue suplantado por el paño del suelo y el cuadro de logia. 

6. Un primer ejemplo de la modificación del ritual masónico lo proporciona "Una Oración para ser dicha en la apertura de una Logia, o en la constitución de un Hermano", impresa en las Constituciones de Pennell, publicadas en Dublín en 1730, oración que no se halla en las Constituciones de Anderson de 1723, a pesar de que estas fueron seguidas de cerca por Pennell en otros aspectos. Con objeto de mostrar la evolución en el ritual, incluyo la Oración de Pennell junto a "Una Plegaria antes de la Tenida" incluida en la Carta Masónica de la Logia de Aberdeen, de 1670. 
 

Constituciones de Pennell, 1730
Manuscrito Aberdeen de 1670
 
SEÑOR DIOS, El MAS Santo y Glorioso, tú, gran Arquitecto del Cielo y de la Tierra, que eres el Dador de todo buen Don y Gracia; y que has prometido que cuando dos o tres estuvieran reunidos en tu Nombre, tú estarías en medio de ellos; en tu Nombre estamos reunidos, muy humildemente te rogamos que nos bendigas en todas nuestras Empresas, que nos des tu Espíritu Santo, para que ilumine nuestras Mentes con Sabiduría e Inteligencia, para que podamos conocerte, y servirte rectamente, para que todo lo que Hagamos pueda ser para tu Gloria, y para la Salvación de nuestras Almas. 

Para ser añadido  
en una Recepción.: 
Y te pedimos, OH SEÑOR DIOS, que bendigas nuestra presente Empresa y concedas que este, nuestro nuevo Hermano, pueda dedicar su Vida a tu Servicio, y ser un verdadero y fiel Hermano entre nosotros, y le invistas de Divina Sabiduría, para que pueda ser, con los secretos de la Masonería, capaz de acceder a los Misterios Divinos y Cristianos. 

Te lo rogamos humildemente en el Nombre y por el amor de JESUCRISTO nuestro SEÑOR y SALVADOR. 

AMEN
El: Poder del padre del cielo con la sabiduría del hijo glorioso, y la gracia y bondad del espíritu santo que son tres personas en un solo dios, sea con nosotros en nuestro comienzo y nos de gracia para conducirnos de modo que podamos vivir en aquella bienaventuranza que no tendrá nunca fin: Amen: 
7. Otro tema en el que Pennell no siguió a Anderson plantea un punto aún más interesante, a saber, la introducción del sistema de tres grados. La diferencia en la redacción del primer parágrafo del Cuarto Deber de un Franc-Masón, titulado "De los Maestros, Vigilantes, Compañeros y Aprendices," es muy sugerente. Publico los pasajes relevantes de Pennell y de Anderson uno al lado del otro. 
 
Constituciones de Pennell, 1730 
Constituciones de Anderson, 1723
 
.Y ningún Maestro deberá tomar un Aprendiz a no ser que tenga suficiente Empleo para él, y a no ser que este sea un perfecto Joven, que no tenga Lisiadura o Defecto en su Cuerpo, que lo haga incapaz de aprender el Arte, de servir a su Señor, de ser hecho un Hermano, y un Compañero del Oficio, y a su debido tiempo un Maestro; y de que una vez cualificado pueda alcanzar el Honor de ser Vigilante, y luego Maestro de una Logia.   .que ningún Maestro deberá tomar un Aprendiz, a menos que tenga suficiente empleo para él, y a menos que éste sea un perfecto Joven, que no tenga Lisiadura o Defecto en su Cuerpo, que pueda volverle incapaz de aprender el Arte, o de servir al Señor de su Maestro, y de ser hecho un Hermano, y luego un Compañero del Oficio a su debido tiempo, aunque haya servido por un Término de Años según ordene la Costumbre del País; y debe descender de Padres honestos; para que así, cuando por otra parte se halle cualificado, pueda alcanzar el Honor de ser el VIGILANTE, y luego el Maestro de la Logia. 
Si no fuera por la coma, la frase de Pennell: "hecho un Hermano, y un Compañero del Oficio," podría implicar que "Hermano" y "Compañero del Oficio" eran una sola y la misma cosa. Sin embargo, esta posible interpretación es eliminada por el parágrafo siguiente, que dice: 
Ningún Hermano puede ser un Maestro, Vigilante o Diácono de una Logia, hasta que haya aprobado la Parte de Compañero del Oficio: 
el cual muestra claramente que Pennell consideraba "un Hermano" y "un Compañero del Oficio" como dos categorías distintas. Se deduce de ello, pues, que Pennell tenía en mente tres grados, a saber: los de 1) Hermano (=Aprendiz Aceptado), 2) Compañero del Oficio y 3) Maestro, mientras que Anderson se refiere sólo a los dos grados de la práctica operativa Escocesa, esto es: 1) Hermano (=Aprendiz Aceptado) y 2) Compañero del Oficio. Esto sugiere la posibilidad de que entre la publicación de las Constituciones de Anderson en 1723 y la edición de Pennell de 1730 hubiera sido introducido un cambio, y al mismo tiempo la de que ese cambio se originara en Irlanda, dos cuestiones a las que he de referirme más ampliamente a continuación. 
 
EL LUGAR DE LOS CAMBIOS
Después de haber intentado mostrar que Inglaterra e Irlanda ofrecían mayores oportunidades que Escocia para una transformación fundamental de la masonería operativa en especulativa, debo examinar ahora más de cerca la información de que disponemos sobre lo que podría llamarse la atmósfera masónica en aquellos países. Puede que de este modo sea posible determinar qué tipo de cambios, si es que los hubo, podría esperarse que se produjeran en cada uno. Para este análisis, me baso ampliamente en los trabajos pioneros de Henry Sadler y Chetwode Crawley. 

En Inglaterra, la masonería aceptada o especulativa de 1717 en adelante, parece haberse desarrollado como una institución relativamente próspera, si es que no aristocrática, que otorgaba mayor peso a la sociabilidad y al banquete que al trabajo ceremonial. La tensión aparecida en ocasión de la Fiesta Anual, cuando las Regulaciones Generales de la Gran Logia, y el alegato de Lawrence Dermott, de que "cerca del año 1717 algunos alegres camaradas que habían obtenido el grado de un arte (aunque muy enmohecido) resolvieron formar una Logia para ellos mismos", pueden ser tomados quizá como indicaciones de esas tendencias. Si la apreciación de más arriba es correcta, en los primeros días posteriores a 1717 las logias particulares que se hallaban bajo la Gran Logia eran probablemente poco más que sociedades de convivencia. Dos indicativos de su negligencia respecto a las ceremonias los proporcionan: la dificultad, mencionada por el Dr. William Stukeley, de encontrar suficientes miembros para realizar la ceremonia en 1721, cuando fue hecho masón, y el hecho indudable de que las logias bajo la primera Gran Logia dejaron muy pronto de realizar la ceremonia de instalación del Maestro, si es que alguna vez la hicieron. Dos de los cambios que previamente hemos enumerado, a saber, el intento de suprimir las muecas y el substituir con el uso de cinta y clavos la antigua práctica del dibujado de la logia con tiza y carbón, parecerían concordar con lo que se conoce acerca del desarrollo de la masonería bajo la primera Gran Logia. La presencia de un elemento aristocrático y rico tendería a desarrollar una cierta formalidad y dignidad en los procedimientos; el uso de la tiza y el carbón para trazar la logia, y su borrado posterior con balde y estropajo por parte del último aprendiz aceptado, dejarían de ser adecuados cuando el suelo de la sala de la logia ya no fuera de piedra, sino que se hallara cubierto de alfombra, como fue probablemente el caso de las logias más prósperas. 

En Irlanda, a comienzos del siglo dieciocho, la francmasonería fue al parecer una institución menos aristocrática que en Inglaterra, otorgándosele más importancia al trabajo y a la universalidad del Oficio, y menos al refrigerio y a la posición social de los miembros. Posiblemente sería correcto afirmar que había más interés intelectual en la masonería en Irlanda que en Inglaterra bajo la primera Gran Logia. Es ciertamente notable que las dos réplicas al The Grand Mystery of Free-Masonry Discovered (Londres, 1724), una a modo de sátira, A Letter from the Grand Mistress of the Female Free-Masons (Dublín, 1724), y la otra en forma de defensa, The Free-Masons Vindication, emanaran ambas de Irlanda. Todas las evidencias a nuestro alcance señalan a los masones irlandeses, y a aquellos masones en Inglaterra pertenecientes a las logias sujetas a la Gran Logia de los Antiguos, estrechamente vinculada con la masonería irlandesa, como a firmes defensores de las prácticas masónicas establecidas desde antiguo y fuertes opositores a cambios e innovaciones en el ritual. 

Hasta 1730, o incluso algo más tarde, las masonerías inglesa e irlandesa parecen haber sido prácticamente idénticas. En 1725-26 Sir Thomas Prendergast, Bart., fue al mismo tiempo Segundo Gran Vigilante de Inglaterra y Primer Gran Vigilante de Irlanda; otros prominentes masones irlandeses, como el Hon. James O'Brien y Springett Penn, Gran Maestre y Gran Maestre Diputado de la Gran Logia de Munster en 1726-27 y 1727-28, eran miembros de logias londinenses; Lord Kingston, un distinguido masón irlandés, fue Gran Maestre de Inglaterra en 1729 y Gran Maestre de Irlanda en 1730. Este año vio también la publicación en Dublín de las Constitutions of the Free-Masons de Pennell, que seguían muy de cerca las Constituciones de Anderson de 1723. Después de 1730 la situación es menos clara. En 1735 apareció en Dublín una edición irlandesa del Pocket Companion for Free-Masons de Smith (publicado en Londres en 1734), que contenía incluso una Aprobación de la Gran Logia de Irlanda, cosa que parece implicar que las masonerías inglesa e irlandesa eran en gran parte la misma aún en 1735. No obstante, algunas actas de 1730 de la primera Gran Logia se prestan, tales como son, a la interpretación de que se hicieron algunos cambios en ese año, aunque cuando estos fueron anulados, y las antiguas prácticas restauradas, en 1809, en el acta de la Gran Logia se hace referencia a cambios introducidos en o alrededor de 1739. Así pues, la fecha exacta de las innovaciones que finalmente condujeron a la ruptura de relaciones por un largo período entre la primera Gran Logia y la Gran Logia de Irlanda, sigue siendo incierta, pero probablemente no nos equivocamos afirmando que esos cambios se originaron en la década 1730-40. Los cambios particulares, sin embargo, quedan fuera de este artículo. 

A la luz de lo que he llamado la atmósfera masónica de Inglaterra e Irlanda a comienzos del siglo dieciocho, hemos de preguntarnos ahora dónde se originaron los distintos cambios de los que hay vestigios en la evolución de la masonería operativa en especulativa. De los siete cambios arriba reseñados, tres, hasta donde se puede deducir, aparecen definitivamente vinculados con la primera Gran Logia de Londres, a saber: la revisión de la Historia y los Deberes, tal como se publicó en las Constituciones de Anderson de 1723; la substitución con cinta y clavos del antiguo método de trazado de la logia con tiza y carbón, y el intento de realzar la dignidad de los procedimientos mediante la eliminación de la chanza. Puede observarse que ninguno de estos cambios tienen que ver directamente con el ritual, en cuyo cumplimiento la primera Gran Logia y sus logias subordinadas fueron al parecer algo tibias, y a cuya preservación inalterada la masonería irlandesa dio tan grande importancia. Los otros cuatro cambios o elaboraciones conciernen muy definitivamente al ritual. A pesar de eso, fueron indudablemente aceptados por la Gran Logia de Irlanda, y en tres de los cuatro casos hay incluso motivos para pensar que posiblemente pudieron haber sido originados en este país. 

La nueva Oración de Apertura fue publicada por vez primera, hasta donde se sabe, en las Constituciones de John Pennell de 1730, y ciertamente esto da a pensar que se originara en Irlanda. El Deber para los nuevos Hermanos, hasta donde tengo noticia, lo fue en la edición londinense de Smith del A Pocket Companion for Free-Masons, publicada en diciembre de 1734, pero la edición irlandesa de la primavera siguiente contiene una Aprobación de la Gran Logia de Irlanda, que sigue inmediatamente al Deber Particular, y que podría considerarse como más especialmente dedicada a este. Además, hay quien ha sostenido que William Smith era masón irlandés, y se afirma también que posiblemente era él el escritor de los Deberes en cuestión. Si ambas hipótesis son acertadas, el origen irlandés del Deber para los nuevos Hermanos se halla claramente señalado. La referencia más temprana que se conoce referida a tres grados distintos en la masonería, cada uno con sus propios secretos, se halló en el Ms. Trinity College, Dublín, 1711, un documento que formaba parte de la colección de papeles de Sir Thomas Molyneux (1661-1733), famoso doctor y científico de esa ciudad, quien, según la opinión del Dr. J. Gilbart Smyly, bibliotecario del Trinity College, posiblemente lo habría escrito. Así pues, a menos que aparezca alguna evidencia en contrario, parecería que tenemos un caso en el que prima facie habríamos de atribuir el desarrollo del sistema de tres grados a los masones irlandeses. La innovación restante, de acuerdo a la comparación con la práctica operativa -la ceremonia de constitución de una nueva logia y de instalación del maestro de una logia- fue descrita en primer lugar en las Constituciones de Anderson de 1723, así que no sería ilógico atribuir su origen a los masones vinculados a la primera Gran Logia, si es que no al propio Anderson. 

De este modo, nos encontramos por el momento ante la conclusión un poco sorprendente de que los masones irlandeses, que aborrecían las innovaciones, fueron posiblemente los responsables de tres cambios importantes en el ritual, y de que los masones ingleses vinculados con la primera Gran Logia, que procuraban la reducción y simplificación de las ceremonias masónicas, fueron probablemente los responsables de una nueva y elaborada ceremonia. Estas conclusiones provisionales resultan totalmente incompatibles con las apreciaciones de Henry Sadler y Chetwode Crawley así como también con el carácter de las masonerías inglesa e irlandesa del siglo dieciocho. Si aceptamos las apreciaciones de éstos, y carezco de fundamento para refutarlas, debemos reexaminar la situación con respecto al origen de estos cambios en particular para ver si es que al menos no podemos encontrar explicaciones que estén más en armonía con el probado carácter de las masonerías contemporáneas inglesa e irlandesa. Al buscar explicaciones así, se plantea inmediatamente la cuestión de las fechas en las que fueron introducidos esos cambios. El problema de dónde se hicieron por primera vez está mezclado inextricablemente con el de cuándo, y sugiero examinar ambos a la vez. 
 

LUGARES Y FECHAS DE LOS CAMBIOS
La Ceremonia de Instalación. Anderson afirma en sus Constituciones de 1723 que la Manera de Constituir una Nueva Logia, incluyendo la instalación del Maestro, está "de acuerdo con los antiguos usos de los masones," afirmación que fue recibida con una duda considerable; Vibert, por ejemplo, se refiere al "inevitable cliché . que aquí es incluso más inapropiado que recurrente." Para hacer justicia a Anderson ha de recordarse que la Logia de Kilwinning había constituido logias filiales sin duda alguna en el último cuarto del siglo diecisiete, de manera que siempre es posible que hubiesen existido allí 'antiguos usos' asociados con prácticas semejantes. No obstante, es a la ceremonia de instalación del Maestro de una logia a la que quiero referirme más en particular, pues las instalaciones de nuevos Maestros tienen que haber sido más frecuentes que las constituciones de nuevas logias. Si Anderson y sus amigos, como el Dr. Desaguliers y George Payne, hubieran sido los responsables de la creación de la nueva ceremonia, sería poco probable que fuera abandonada tan pronto por las logias subordinadas a la primera Gran Logia. Pero todavía sería menos probable que Laurence Dermott y la Gran Logia de los Antiguos, que se enorgullecían de su adherencia a los usos establecidos desde antiguo, se mostraran tan entusiastas con respecto a una ceremonia inventada por los que despectivamente designaban como los Modernos. Sin duda alguna, la adoptaron porque fue aprobada por la Gran Logia de Irlanda, la cual, habiendo sido instituida dentro de los dos años siguientes a la publicación de las Constituciones de Anderson de 1723, difícilmente habría sido engañada por la aseveración de éste respecto a los "antiguos usos", a no ser que tuviera motivos para creer que la ceremonia había existido antes de la época de Anderson. 

En lo concerniente al "deber breve y esencial" con que se acompañaba la presentación de cada uno de los instrumentos del oficio de Maestro, no es imposible que la práctica de filosofar sobre las herramientas de trabajo del masón hubiera sido introducida en una fecha anterior por masones aceptados, pues el uso de herramientas por los Francmasones es referido por Randle Holme IIIº en un pasaje muy conocido de su Academie of Armory publicado en 1688: "No puedo sino venerar a la Confraternidad de los Masones, debido a su antigüedad, y más siendo miembro de esta sociedad llamada Franc-Masones; en el trato con ellos he observado el uso de varias herramientas que cito,5 algunas de las cuales he visto portar en escudos de armas." Desgraciadamente no explica 'el uso' que hacían los francmasones de las 'herramientas'. 

La expresión de Anderson: "de acuerdo a los antiguos usos de los masones" no tiene por qué implicar necesariamente "procedentes de los operativos"; la práctica podría haber sido originada entre los masones aceptados del siglo diecisiete y aún así no sería deshonesto describirla como "de acuerdo a los antiguos usos". 

El Deber para los nuevos Hermanos. Las claras y estrechas relaciones entre este Deber, tal como se encuentra publicado en el Pocket Companion, y Los Deberes de un Franc-Masón de Anderson ya han sido señaladas. Si dicho Deber estuviera basado en Anderson, no podría haber sido puesto a punto sino hasta después de 1723, y en ese caso los masones irlandeses lo habrían aceptado a pesar de un origen tan reciente. Sin embargo, no hay nada que demuestre positivamente que este Deber se basó en el de Anderson; me parece igualmente posible que fuera Anderson quien tuviera este ante sí cuando preparaba sus Deberes de un Franc-Masón. En apoyo de esta consideración, podría atenderse al hecho de que el Deber para los nuevos Hermanos comienza: "Sois ahora admitido por unánime consentimiento de nuestra Logia, como Compañero de nuestra Antigua y Venerable Sociedad," una afirmación que sin duda alguna habría sido cierta en una logia de masones aceptados del siglo diecisiete, quienes hasta donde uno puede decir parece que admitían a candidatos directamente como Compañeros, pero que no correspondería a la práctica implicada en las obras de Anderson o Pennell, de acuerdo a las cuales los candidatos eran recibidos en su primera admisión como Aprendices (Aceptados). 

La Oración de Apertura. Si bien no aparecen vestigios de la forma ampliada de la Oración de Apertura antes de 1730, en que fue publicada en las Constituciones de Pennell, no por ello se deduce necesariamente que su composición hubiera sido reciente. Podía perfectamente haber existido cuando Anderson preparaba sus Constituciones, pero este, en tanto que religioso escocés, puede que no haya querido publicar la oración en forma completa. En vista de su carácter claramente cristiano, parece probable que esta oración haya sido compuesta en el tiempo en que la Masonería tenía todavía una base Trinitaria. Sería difícil entender cómo la forma ampliada de la Oración de Apertura podría haber sido escrita como parte del ritual una vez que hubo aparecido el primer deber de Anderson, "Respecto a Dios y la Religión," el cual substituía Cristianismo por Teísmo, o una vez que había sido preparada la revisión de Pennell de ese deber, que hacía a la Masonería enteramente no-sectaria. Asumiendo que probablemente tuvo su origen antes de 1723, no veo razón para que no se la debiéramos a un masón o masones de finales del siglo diecisiete, periodo en el que, según Plot, la costumbre de admitir gente en la Sociedad de Francmasones estaba difundida más o menos por toda la nación. 

El Sistema de Tres Grados. A pesar de que no hay huellas del sistema de tres grados, como esquema completo en tres ceremonias separadas, antes de 1725 o 1730, podría haber una pequeña duda sobre si los cambios preliminares, mediante los que el conocimiento esotérico repartido originalmente entre dos categorías de masones operativos llegó a ser dividido en tres categorías de masones aceptados, tuvieron lugar en una fecha anterior. Que ello ya había ocurrido en 1711 puede deducirse del siguiente pasaje del Ms. Trinity College, Dublín: 

El signo de los maestros es columna vertebral, la palabra Matchpin. El signo del compañero de oficio es nudillos y oquedad [entre éstos], la palabra Jackquin. El signo del Aprendiz Aceptado es oquedad, la palabra es Boaz o su hueco. Presiona al Maestro cerca de la columna vertebral, pon tu rodilla entre las suyas, y di Matchpin. Presiona al compañero de oficio en [los] nudillos, y [en la] oquedad, y di Jackquin; presiona al aprendiz aceptado en [la] oquedad y di Boaz, o su hueco. 
El Ms. Trinity College, Dublín, parece haber sido el aide mémoire de un masón, y el pasaje citado da la impresión de ser un intento de poner por escrito una información que ha sido transmitida previamente de modo oral, probablemente a través de una larga cadena de masones aceptados. Si esta impresión es correcta, la división tripartita del conocimiento esotérico puede ser considerablemente anterior a 1711, sin embargo debe subrayarse que esta división no implica necesariamente tres ceremonias: no hay razón para que no hubieran podido comunicarse a un masón aceptado tres conjuntos de secretos en su admisión, de la misma manera que en Escocia los masones gentilhombres eran admitidos Aprendices Aceptados y Compañeros del Oficio en una sola y misma ocasión. 

Nuestro problema inmediato es considerar si esta triple división del conocimiento esotérico masónico, introducida por masones aceptados en lugar de la división en dos practicada por los masones operativos de Escocia, se originó en Irlanda en alguna fecha previa a 1711, o si surgió entre los masones aceptados de Inglaterra en una fecha todavía anterior, siendo transmitida de Inglaterra a Irlanda ya sea cuando se introdujo por primera vez la masonería aceptada en Dublín antes de 1688, o cuando fue reintroducida antes de 1711, suponiendo que se hubiera extinguido después de aquel año. A no ser que los masones aceptados irlandeses de circa 1700 fueran muy diferentes en su actitud respecto a las costumbres masónicas que sus sucesores de circa 1725, me parece muy inverosímil que los masones irlandeses originaran la triple división del conocimiento esotérico; me inclino a pensar, pues, que fue introducida en Irlanda desde Inglaterra. A juzgar por Plot, la década 1680-89 fue un activo periodo en la masonería aceptada, mientras que no existen indicaciones semejantes respecto a la primera década del siglo dieciocho. Las probabilidades, por lo tanto, parecen estar a favor de que la división ternaria de los secretos masónicos haya sido originada por masones ingleses aceptados a finales del siglo diecisiete, antes que a comienzos del dieciocho. 
  

LOS AUTORES DE LOS CAMBIOS
Nuestro problema final es considerar quiénes hicieron por vez primera los cambios que hemos detectado. Como anteriormente mencionamos, Murray Lyon ha descrito a Desaguliers como "el co-inventor y pionero del sistema" de la masonería simbólica, otorgándole presumiblemente al Dr. James Anderson el restante papel de liderazgo. Este pronunciamiento, sin embargo, me parece contrario al peso de la evidencia de que disponemos, que apunta a que la evolución de la masonería operativa en especulativa fue un proceso gradual, y no una súbita revolución llevada a cabo por uno o dos hombres. Tal como lo veo, el proceso probablemente comenzó ya en la segunda mitad del siglo diecisiete, y ciertamente estaba muy lejos de haberse completado en 1735. Hasta donde sabemos, la primera Gran Logia no estaba muy interesada en cuestiones de ritual, ni interfería generalmente en esas materias, siendo excepciones los cambios introducidos en 1730 y pico y rescindidos en 1809. Al igual que las prácticas asociadas con la comunicación de la Palabra Sagrada a los masones operativos de Escocia parecen haber ido cambiando gradualmente durante los siglos dieciséis y diecisiete, como resultado de distintas adiciones y modificaciones, así los masones aceptados de Inglaterra erigieron gradualmente durante los siglos diecisiete y dieciocho una considerable superestructura de enseñanzas morales sobre los fundamentos proporcionados por los usos y frases un poco crudos conectados con la comunicación de aquella Palabra. En ningún caso fueron repentinos los cambios, y en ningún caso puede decirse que fuera alguna persona en particular la responsable de su introducción. 

Conclusión. Los argumentos aportados en este artículo pueden resumirse diciendo que cuando se coordinan las evidencias inglesas e irlandesas relacionadas con la masonería de comienzos del siglo dieciocho, el balance de probabilidades parece estar a favor de la opinión de que distintos e importantes cambios en el modo de trabajo masónico, cuyas huellas sólo pueden seguirse exactamente en la tercera década del siglo dieciocho, fueron originados en realidad en un periodo anterior, muy probablemente en la década de 1680-89, o incluso algo antes. En apoyo de esta conclusión provisional, puede considerarse el hecho de que ya en 1688 la práctica de los operativos de auxiliar a los hermanos en desgracia había sido al parecer adoptada por los masones aceptados de Inglaterra y de Irlanda, a juzgar por la afirmación de Aubrey en 1686 de que "cuando uno de ellos se arruina, la fraternidad debe socorrerle," y por la referencia en la lista de Dublín de 1688 a la ayuda dada a un mermado hermano por la Fraternidad de Francmasones que se hallaba en el Trinity College y sus alrededores. La única referencia a la Caridad contenida en el Ms. Constitutions es el deber de recibir y sostener a los masones foráneos, proporcionándoles trabajo durante al menos una quincena, o bien dándoles dinero para llegar a la siguiente logia. Por otro lado, los Estatutos de 1670 de la Logia de Aberdeen contienen regulaciones acerca de la Caja Masónica. Si la Asistencia había sido adoptada como uno de los Grandes Principios de la masonería aceptada de 1688, como parecería haber sido el caso, no sería extraño que algún tipo de alocución acerca de la Caridad hubiera sido introducida en la ceremonia de aceptación por esa fecha, para complementar cualquier referencia a la misma que pudiera hallarse incluida en los reglamentos de logia. Si esta conjetura es correcta, otro cambio más habría sido introducido en el trabajo masónico circa 1680. El que considerables modificaciones del modo de trabajo operativo hayan sido efectuadas probablemente por masones aceptados alrededor de 1686 lo sugiere también la declaración de Aubrey de que "la manera de su Adopción es muy formal," observación que no se aplicaría muy adecuadamente a las en cierto modo crudas costumbres y frases vinculadas en la Escocia del siglo diecisiete con la comunicación de la Palabra Sagrada. Así pues, tomando todo en cuenta, parecería que hay razonablemente buenos fundamentos para pensar que algunos de los importantes cambios introducidos por los masones aceptados en las antiguas ceremonias operativas ya existían en las últimas décadas del siglo diecisiete, treinta años o más antes de la fecha que comúnmente se supone. Traducción: J. M. R.
 

 
NOTAS
1 En la preparación de este ensayo, que es para ser comunicado muy en breve a la logia Quatuor Coronati, he contado con el auxilio de sugerencias y críticas muy provechosas de mis colegas, G. P. Jones y Douglas Hamer. Estoy también en deuda con el Sr. H. M. McKechnie, Secretario de la Manchester University Press, que muy amablemente lo ha preparado para la imprenta. Debo agradecer también a mi colega, A. G. Pool, por leer las galeradas, y al Hno. J. Heron Lepper por enviarme muy afablemente varios comentarios. Como, en general, él está de acuerdo con mis conclusiones, no he querido incorporar sus observaciones, sino dejar que presente su parecer ante los Hermanos cuando el documento sea leído en logia.
2 Traducimos en todo el texto 'Mason Word' por 'Palabra Sagrada', su correspondiente en otros Ritos no ingleses [N. de T.]
3 Grupo de manuscritos entre los llamados "Old Charges"; el original de este se considera debió escribirse después de 1663 [N. de T.].
4 En A Mason's Examination, de 1723 (incluido en The Early Masonic Catechisms) puede leerse: "Después de lo cual, ha de contemplar mil diferentes Posturas y Muecas, todas las cuales debe imitar exactamente" [N. de T.].
5 En el manuscrito de los capítulos 14-22 del Tercer libro de The Academie of Armory (B. M. Harl. Ms. 2033, publicado por el Roxburghe Club en 1905), Randle Holme trata sobre las herramientas de varios oficios, pero las de los masones no aparecen incluidas.

 
Antología (II):
Los Discursos de Andrew Ramsay
 
 
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