LA MASONERIA Y EL 11-M
SIETE MAESTROS MASONES

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EL 11-M Y LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS

Como sabemos la auténtica Libertad, la que se encuentra como principio de la divisa con la que encabezamos nuestros trabajos a la Gloria del Gran Arquitecto del Universo, sólo se da en la plenitud de su alcance cuando se accede al Conocimiento efectivo del Ser Universal, es decir cuando éste, que no está limitado por ningún otro, se revela en nosotros dejando atrás la determinación de cualquiera de sus manifestaciones. La inmanencia de él en todo ser es lo que fundamenta la Igualdad y permite la auténtica Fraternidad.

Lo recordamos en este trazado a causa de los crímenes del 11-M en la capital de España.

El terrorismo se ha convertido en fundamentalista en 1980, un año después de la constitución de Irán como el primer estado islámico moderno. Siempre ha estado al servicio de totalitarismos, ya sea ejercido por grupos o por estados, en contra de la democracia que permite, se quiera o no, una libertad de pensamiento y de acción a sus integrantes.

El materialismo ha producido la orientación hacia lo más grosero y visible a falta de unos Principios que permitieran conjugar lo grosero y lo sutil, como sucede en cualquier oficio en el que se trabaja con una materia. Posteriormente se ha dado la sustitución de esos Principios por propuestas de orden puramente psicológico, que apoyadas naturalmente en las anteriores llevan al consumo, esta vez, no sólo de los medios por el individuo y de sus propias posibilidades reducidas a lo inferior de sí mismo, sino al de la persona y la sociedad por parte del sistema. Como ello no podía durar, el impacto de las consecuencias, que se traducen en la fragmentación del medio, la disolución de las estructuras y el retorno de los efectos que esas actitudes habían proyectado sobre el cuerpo social, lleva a la búsqueda de una salida automática que toma la forma de extremismos políticos primero, y luego, como no resultan, apela a su manera a lo trascendente: o sea en el ámbito de las religiones que es el accesible a todos; pero no hay que equivocarse, todo ello está al servicio del poder, material o "espiritual", es decir, en realidad, "temporal", y es utilizado por los intereses de dominio que pueden ser o no conscientes de la destrucción final, o incluso pretenderla objetivamente, pero que sí lo son de sus propósitos hegemónicos en los que cuentan con un espacio para sí mismos o sus propuestas.

De todos es conocida la acción de Arabia Saudí, que tiene comprado el apoyo a su poder temporal por parte del wahabismo, promotor de un supuesto retorno a la "pureza de los orígenes" y adversario del sufismo –lo que se corresponde con el hecho de que en Jerusalén, el estudio de la Cábala ha sido prohibido por el Gran Rabino– ideología que ha exportado a distintas naciones, incluida Rusia, y sostiene económicamente, junto con la construcción de mezquitas (por ejemplo en España), el adoctrinamiento y ubicación de imames, etc.4 Es curioso que el petróleo sea el soporte de estas potencias económicas adversarias de Occidente, que también lo utiliza, cuando sería fácil no ya encontrar, sino simplemente desarrollar otras fuentes de energía; son en este caso los intereses de las compañías petroleras los que lo impiden. Así es el papel de Arabia Saudí mientras transa con Occidente. La adoración del "becerro de oro" como fuente y sostén de dicho poder es neta, y lo utiliza mientras quiere ser amigo de todos los países musulmanes al mismo tiempo que colabora en su propia destrucción y en la de las culturas del globo.5

Al grito de "Dios es el más grande" se llevan a cabo muchos atentados, también el realizado contra masones en Estambul. Sin embargo el más grande es el Uno, más que lo que de él puede pensar cualquier punto de la periferia en cuanto tal. De hecho Dios se conoce a sí mismo a través del hombre, es decir, a través de la realización integral de esos estados del Ser entre los que se halla el humano, en el interior del cual se encuentran todas las posibilidades, y cuya efectivización última es el objeto de toda Iniciación. La Inteligencia y la Sabiduría se reflejan en la Creación como un Todo y en cualquiera de sus partes, pues la Unidad no es un conjunto sino la presencia actual del Ser mismo, por eso cada cual seguirá su camino y su destino hasta que ese ser cuya identidad es un rayo que atraviesa todas las posibilidades –no sólo sus reflejos individualizados– conozca la totalidad de sus estados por una integración universal y simultánea que coincide con su abandono del Cosmos.

Las culturas necesitan un espacio propio en el que vivir y desarrollarse. Por eso, como se ha dicho, los pueblos se relacionan entre sí o bien por el comercio o por la guerra. Hoy en día asistimos a un suicidio de Europa, –opinión compartida por personas que viajan por sus distintos países y que no pertenecen a "confesionalidad" alguna–, donde la tasa de natalidad es muy baja y el aflujo de inmigrantes de religión islámica provocará el conflicto por la imposibilidad de una coexistencia ante la ausencia de un espacio cultural común. O sea sencillamente una invasión sólo negada por prejuicios "democráticos" disfrazados de derechos humanos, sólo obviada por aquéllos que ignoran todo acerca de la idiosincrasia o estructura de cualquier cultura, porque en realidad ya no la tienen, al haberla sustituido el sueño del consumo, el adormecimiento del supuesto confort y la "liberación" de trabajos que hasta hace poco se realizaban como la cosa más normal del mundo.

Los verdaderos acuerdos entre culturas no pueden darse en el dominio de lo religioso sino en otro más profundo que debe estar más allá de las formas –para que puedan respetarse las de cada quien– y no en el cambalache de intenciones ni en su maquillaje o en un reparto cuantitativo del número de los adherentes a no importa qué, y exigen una honestidad, sabiduría y firmeza en quienes deben cumplirlos que la política actual está lejos de poder garantizar, si es que estuviese a tiempo de oponerse a los "prestigios" del Adversario.

La ausencia de principios, que es como la ausencia de alma, trae consigo la desintegración por los separatismos y la fragmentación inevitable del "cuerpo" o conjunto individual o social. Que si se queda encerrado y se identifica literalmente ya sea con lo que ama como con lo que odia permanece aprisionado en la perspectiva de que se trate; porque en el amor también ocurre eso, si bien en el odio es más evidente, ya que no es lo mismo amar a alguien como siendo un ser libre y universal, aunque sea un familiar nuestro, nuestro hijo o nuestros padres, que amarlo ante todo por el afecto que nace de la proximidad biológica, la convivencia y el mutuo conocimiento personal.

Porque si pensamos que en nosotros, en lo profundo de nuestro corazón como centro de nuestro ser anida el espíritu, si no pensáramos que también es así en nuestros semejantes, perdería todo su sentido nuestra segunda divisa, la Igualdad. Por eso, mantengamos el espacio donde puede arder la Luz continua y suave imagen del permanente sostén del Mundo.

Pero por eso mismo "no la guardemos bajo un celemín" pues esa ciudad ha de estar en lo alto de una montaña, bien visible a todos. Hoy más que nunca es necesario hacer memoria de lo que nos han legado nuestros orígenes "inmemoriales" que son los de toda Tradición sagrada.

Explicar, dar a conocer, rememorar la naturaleza del símbolo, la de un vehículo que manifestado en forma sensible es el intermediario con lo inteligible e invisible y en última instancia Inmanifestado.

Hacer público que esta jerarquía interior de la naturaleza de las cosas nos conforma a nosotros mismos, que en última instancia entendemos por medio de símbolos, y que sólo tendiendo al origen trascendente que va incluso más allá de la Unidad necesaria y polar del Cosmos, podremos acceder al misterio de lo que jamás será revelado por ninguna manifestación particular aunque anide también en el corazón de todas las cosas; porque por mucho que las tensiones se exacerben, que las polaridades de la Rueda se opongan al extremo, y que su movimiento se acelere, siempre el punto central, el Centro de la Rueda, estará inmóvil y vacío permitiendo la comunicación del Hálito del Universo, que a un nivel llamamos Vida y que es el Soplo que se funde con el del Espíritu y alienta en todas las cosas iluminándolas y atrayéndolas hacía sí, por mucho que intentemos evadirnos o mirar de contentarnos con sus descripciones. Nada impedirá que se cumplan las escrituras, y "todas" las escrituras, según nos recordaba un hermano.

Como si llevar el título de musulmán, judío o cristiano, ya significara estar comprendido dentro de la Grey. La gran rebelión contra el Espíritu, que se extiende también a niveles que se dicen "tradicionales", "espirituales", "intelectuales" e incluso "iniciáticos", aun erigiéndose como defensores de supuestos espacios "salvadores", hace que se viertan realidades metafísicas –universales– en presupuestos religiosos o que se dicen tales, por incapacidad de comprenderlas.

La Tradición forma parte de la Historia, de hecho la crea. El crimen también está desde los comienzos de la misma, igualmente el sacrificio, pero no confundamos: el sacrificio de una víctima que se autoinmola, o acepta la inmolación, según su propia libertad y responsabilidad con respecto a sí misma, y el de la que disfrazada de ello roba para siempre la existencia de los otros en un acto de extremo egoísmo no tienen nada que ver, uno es la parodia del otro, el producto de una consigna.

También se atribuye al profeta del Islam el dicho de que "Al principio habrá Islam (obediencia o sumisión a la Voluntad divina, es decir adecuación al eje interior, del hombre y del cosmos, que la Plomada que pende de la mano del Gran Arquitecto del Universo simboliza); al final (del Ciclo) no habrá, y luego volverá a haberlo". Este nuevo "Islam" no hablará árabe sino que ese término designa aquí, dentro de la Tradición musulmana, el comienzo de un nuevo Ciclo, de una nueva Humanidad; otras lo llaman Parusía, renovación del Estado primordial, Gran Sabbath, Jerusalén Celeste, una nueva Creación, y todos los demás nombres que no son los de estas tres religiones entre las innumerables Tradiciones de todos los pueblos, también las desaparecidas y las que ni siquiera han dejado rastro sensible. Porque en la nueva irrupción del ser humano –elemento necesario de la Creación– éste se encuentra en el Centro del Mundo, y esa lengua "solar", lengua primordial o "lengua de los pájaros" es el nombre de las cosas a las que se conoce directamente en su naturaleza propia desde la unidad y resumen de todas que es la verdadera Humanidad, el Hombre Verdadero, o sea por una Palabra (el Logos griego), que se revela en el Intelecto.

La Luz fundamental, primera Gran Luz de la Masonería, es la Escritura Sagrada, que representa la de todos los pueblos, incluso los de Tradición no escrita; se cumplirán todas las Escrituras, y no será ésta o aquélla, la que "ganará" a las demás en un mundo tan profano como pueril, sino que se trata del paso de un estado del Ser a otro en el que la palabra revelada es la propia Manifestación, o sea la escritura del Autor del Libro de la Vida donde se recrea permanentemente su Mensaje universal y Uno, expresado en todas las formas posibles, también en la fijación literal para la memoria de los hombres que la pierden, que no la conocen y por eso necesitan recordarla. Y "no hay mejor sordo que el que no quiere oír".

Pero este terrorismo es sólo un "aspecto", aunque muy evidente e inmediato, de la destrucción general que está en marcha desde hace tiempo y debe ser como ciudadanos de "este mundo", entre los mundos simultáneos, que hemos de tomar conciencia de los límites de nuestra propia existencia, porque en última instancia esta conciencia de autorresponsabilidad es análoga a la de la muerte individual –una de nuestras verdaderas iniciadoras– y no cerrar los ojos, acostumbrados a ocultar la cabeza como el avestruz, apalancados en esta constricción que significa la vida actual, sino abrirlos ante la realidad de la que somos partícipes y en la que de un modo u otro estamos inmersos, sean las que fuesen las posturas que con respecto a una cosa u otra podamos tomar.

Porque a esto hay que sumar los demás males, la destrucción de la tierra, el calentamiento global, o sea la quema indiscriminada de los combustibles fósiles, en primer lugar el petróleo –restos putrefactos y solidificados de otros ciclos–, la trampa de las grandes ciudades, aprisionados en un espacio mínimo por el que se paga la vida, y que a falta de electricidad (quizá nada menos que por carencia de agua) son ratoneras; el abandono de la relación directa con el medio del que procede el sustento, la pérdida del agro; todo camina hacia el suicidio. Esta humanidad lleva a cabo con esa elección una posibilidad que con la responsabilidad del libre albedrío le ha sido dada al ser humano, a quien corresponde distinguir entre lo alto y lo bajo, y entre el pasado y el futuro, para hacerse cargo del presente.

La compresión del ciclo, del devenir, no quita la responsabilidad individual pero ayuda a tener una perspectiva acerca del tiempo que se devora a sí mismo para convertirse en espacio. Lo que se expresa en la vida de las personas sometidas a la inmovilidad –o impotencia– y al estrés por esa presión que cae de distintas formas sobre todos los habitantes del planeta, de la que se alivian los que están más próximos a la naturaleza. Los demás clavados ante el televisor a la espera de ver alguna cosa.

Se llega tarde a la globalización, los programas culturales se ocupan de cuántos animales quedan de determinada especie, así sean las ratas de no se sabe dónde, seres humanos hay muchos y los que se extinguen no cuentan, de otros se encarga la violencia de todo tipo. Las noticias desaparecen cuando el suceso ya no lo es, cuando se considera ya ha sido consumido; las causas no son noticia. Los gobernantes de los países representan a sus gobernados, dicen; económicamente se ocupan de los beneficios de la empresa y políticamente de los de su bloque. La situación económica mundial es ésa, no la economía del planeta.

Las voces que denuncian son también noticia, temporal como todo lo que conviene al sistema, sea éste o el otro, el bombardeo de los medios es una forma de ensueño, la memoria no puede registrar todos los sucesos pero sí se crea el clima que conviene. Las malas noticias son noticia ya se sabe, el trabajo cotidiano y honrado de millones de personas no lo es aunque es el que sostiene la vida como siempre.

El mayor engaño: la supuesta salvación colectiva para olvidar la propia responsabilidad de cada cual, la de mantenerse de pie entre el cielo y la tierra asumiendo la posibilidad de ser y existir y saber qué hace cada quien consigo mismo con el quantum de espacio-tiempo que conforma su existencia y en el que se reproduce, por ser humano, una imagen del todo; que es negada sin embargo por el olvido inmenso de un ser que ha llegado a pensar que procede de la nada, y por tanto, a eso está destinada su cultura, su ser en el mundo, a desaparecer. Porque esa nada es la proyección de una función lógica que considera sólo una progresión creciente indefinida que, en algún momento, contradictoriamente, debería haber partido de cero, pues tiende en última instancia a este. Imagen invertida del No Ser metafísico, la Posibilidad absoluta y Total.

En este suicidio colectivo las entrañas son lo que sale a la luz, constituye un desgarramiento general, pero, traducido a otros términos, todas las ilusiones irán cayendo una tras otra y sólo aquél que tenga unas bases internas podrá ser capaz de enfrentarse con un mínimo necesario de libertad, a una elección esencial, íntima, que será la respuesta elegida en soledad ante las preguntas fundamentales de la humanidad: ¿quién eres, de dónde vienes, y adónde vas?, lo mismo que preguntarse y responderse cuál es la raíz de la propia esperanza. Y en la que habrá que iniciar, Dios quiera, individualmente un retorno, porque sólo verá ante los ojos un muro.

Y puesto que hablamos de los signos de los tiempos, cómo no reflexionar –nuestro trabajo es atender al símbolo, y a los signos de reconocimiento–, en los que constantemente nos ofrece la información de los medios. Un par de ejemplos posteriores a los cruentos sucesos que han motivado estos trazados: la población mundial está actualmente en seis mil millones y pico y sube en progresión geométrica (hace veinte años éramos cinco mil millones). ¿Qué pasará cuando se alcance la cifra de 6.660 millones de personas?

Muchos símbolos tienen un doble sentido, entre ellos el 666 del Libro del Apocalipsis que en el texto de Juan representa a la Bestia y es, nos subraya, un "número de hombre". Olvidado el centro que constituye su esencia, el número seis representa al mundo profano en sí mismo, la imposibilidad de síntesis e integración, su expansión de modo puramente centrífugo y cuantitativo en las seis direcciones del espacio. Sin embargo ordenado en dos triángulos que se equilibran señalando su centro común (símbolo que se encuentra presente desde las culturas precolombinas hasta al menos la India, Tíbet y con otra disposición en el Taoísmo pero simbolizando también al Hombre Universal), representa la unión de dos naturalezas y dos energías, divina y humana, ascendente y descendente, y cualitativamente le corresponde pues también a la Humanidad como Intermediaria, siendo en ese sentido el número del Angel de la Corona, o sea de lo que está por encima de la cabeza del Hombre y por sobre la bóveda del Cosmos.

Y otro ejemplo, ¿cómo no dejar de ver el reflejo de la ciudad en el cuerpo y alma humanos –afirmado desde Platón a la India pasando por todos los pueblos tradicionales que la han construido? A primera vista, al mismo tiempo que en las ciudades actuales se da en el cuerpo de los sujetos la saturación de contaminantes, dificultades en la circulación (ahora de la sangre), envenenamiento de los líquidos, estrés, y, nos dice el noticiario, crece el reflujo estomacal en los cuerpos de los ciudadanos, análogo a los gases de las basuras y cloacas de aquéllas.

Y viendo el crecimiento simultáneo de la reacción contra las voces que hablan de un auténtico alimento espiritual no podemos dejar de observar su analogía con estos nauseabundos vapores. En concreto pensamos ahora, como un ejemplo que nos toca en estos ámbitos de las ideas constructivas y su enseñanza, en Frithjof Schuon como "reflujo" de la obra de René Guénon. Este individuo que ha vivido durante el siglo XX, y los seguidores que creen en él y sus postulados, entre los que se encuentran numerosos "intelectuales" y universitarios especialmente de USA, de marcado acento islámico aunque incluyendo también a cristianos y a personal europeo "tradicionalista", no sólo ha confundido a la metafísica con la religión, tomándola como producto de ésta –a la inversa de la naturaleza de lo que ellas son– sino que fabrica una religión sincrética e incluso "ecológica" de la que son voceros estos supuestos sabios que ponen en lo que llaman la "santidad" su objetivo y son los primeros ilusionados.

Hipócritas que efectúan con Guénon, ya que con su obra no pueden, algo que también vale para la Masonería: la mejor manera de sacarse un objetivo de encima es descualificarlo así sea este una persona o una institución, y de ese modo evitar que se le otorgue la importancia y el respeto que merecidamente por su intuición intelectual y su labor han obtenido.

Pero el citado es un pequeñísimo ejemplo de lo que es la parodia intelectual de una espiritualidad, anunciada así por los Evangelios y que nos permite ver aquélla a la que apunta el conjunto de sucesos, aunque no debamos esperar necesariamente una homogeneidad mundial en la forma que tomen las circunstancias y sus frutos. Aprovechando los acontecimientos de la gran crisis utilizará el temor y las creencias de la gente, cuando no la imposición de la fuerza, para pretender un poder total en manos de individuos que afirmarán e incluso creerán estar sirviendo a Dios esclavizando al personal en un gran campo de concentración fundamentalista; entregados al poder temporal y confundiendo al Reino de los Cielos con la horizontalidad de su poder particular, así tome una forma "colegiada". Esto no podrá durar y lucharán unos contra otros, como de hecho es lo que ya ocurre, sólo que ahora tienen un enemigo común: Occidente y su defensa mal que bien de las libertades, ganadas no lo olvidemos con mucha sangre y esfuerzo, y, analizado en sus detalles, gracias a intervenciones providenciales en la última guerra mundial.

Poner a la religión por encima de la Metafísica –y como iniciados es un tema que especialmente nos toca, a nosotros y a quienes sigan otras vías análogas– significa la inversión de los contenidos y encerrar a los hombres en las limitaciones de aquélla, lo que además es imposible –como con toda inversión– porque lo limitado, por mucho que se amplíe no por ello pasa a ser lo ilimitado.

La Caridad ve las cosas en el espejo de lo divino, por eso quien más caridad posee es quien más Conoce, y la caridad no tiene nada que ver con la complicidad o la ceguera, pues es ver en lo universal, y quien más Conoce más ve la realidad y las cosas tales cuales Son y menos interviene para deformarlas porque menos se inmiscuye, lo que no quiere decir que no se aparte del camino cuando viene una piedra rodando ni que no empuje para apartar a otro de su trayectoria.

Si sólo vemos un plano de una retícula sólo podemos distinguir entre líneas verticales y horizontales, supuesto que tengan esa disposición; si hay otro plano, toda la figura cambia, se genera otra dimensión, y ese primer plano puede ser horizontal con respecto al otro.

En ese sentido queremos recordar a todos los hipócritas y autobendecidos –que colocan su basura sobre la cabeza de otros– aquellas palabras evangélicas dirigidas a quienes dicen que siempre han tenido al mensajero por servidor: "Apartaos de Mí, no os conozco"; que pronunciará el que va "montado en un caballo blanco" y llevando "en la boca una espada con la que herir a las gentes". Día en el que tal vez haya que mirarse en el espejo más terrible de todos: el de la Verdad desnuda.

No es de extrañar que el shiísmo espere al doceavo Imam, el "Imam oculto". Los judíos siguen aguardando al Mesías, los cristianos al Cristo glorioso, la leyenda del Graal habla del retorno de Arturo y un reino de justicia, también se recuerda la vuelta del emperador Federico Hohenstaufen y la de un reino abierto directamente al Cielo, etc. Esperas todas de un mundo nuevo proyectado en la línea del devenir histórico, en la horizontalidad de un plano que no deja de ser profano y donde vencedores y vencidos siguen compartiendo la limitación y la muerte. Porque ese otro mundo, modelo arquetípico de todo reino, ciudad, o ser humano, es en realidad otro estado del ser, y siempre se ha hallado dentro de nosotros, así se llame la morada de Inmortalidad, la Jerusalén Celeste, o el Oriente Eterno.

 


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NOTAS
4 En España sus relaciones con la organización fascista Cedade son bien conocidas. Ver José Luis Rodríguez Jiménez, Reaccionarios y golpistas, la extrema derecha en España (1967-1982), C.S.I.C., Madrid 1994. Como nos decía un conocido no masón, ¿qué sucederá cuando en un pueblo español donde haya cincuenta musulmanes y sean mayoría decidan la lapidación de alguien en cumplimiento de la shariah, la misma que según el fundamentalismo debe caracterizar a un estado islámico ortodoxo?
5 Ver también la página Webislam (Junta Islámica de Andalucía: www.webislam.com) donde siempre de todo tiene la culpa Estados Unidos y desde hace un tiempo se reflejan las perspectivas de los conversos –y sus dirigentes– hacia América Latina, ahora en plena mira de sus objetivos. Igualmente allí, el contenido del Primer Congreso Mundial de musulmanes de habla hispana: "El Islam en las dos orillas", Sevilla, abril del 2003.
   
 

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