Como director de la Colección Papeles de la Masonería de la editorial SYMBOLOS se me han hecho llegar estos textos que representan los trabajos que han mantenido, a raíz del hecho sangriento del 11-M en Madrid, las dos Logias españolas pertenecientes a la Obediencia Gran Logia Operativa Latina y Americana.

Han sido tan interesantes las ponencias que no dudo en editarlas como responsable de esta Colección. Los escritos se publican tal cual fueran leídos en Tenidas normales de Talleres masónicos regulares; los de Barcelona y Zaragoza.

No debe escapar al lector el interés de todos estos trabajos que motivados por hechos de actualidad inmediata no dejan de referirse a una metapolítica y particularmente a una metahistoria. Y también a la historia sagrada en cuanto ésta es significativa y se expresa de modo simbólico en cualquier manifestación social y por cierto en el día a día.

Por lo que la historia sagrada es ahora, como ha sido siempre, y en ella debemos buscar los signos que condicionan nuestra existencia y que incluso podrían quitar vida a nuestros trabajos encaminados hacia la Cosmogonía como paso a la Metafísica.

Lo cual repercute en todos los otros niveles o planos de existencia, e incluso toca la cotidianidad por lo que necesitamos una ubicación permanente en lo que hace a la vigilancia de los impedimentos que quisieran perturbarlos, ya sean de este color o de otro, lo que nos tiene indiferentes, siempre que nos permitan trabajar en libertad y sin amenazas de ninguna naturaleza.

En realidad, el tema exacto de estas Tenidas era sobre las bombas puestas en los ferrocarriles de Madrid, lo cual fue un atentado islámico a la misma España, y constituye, para quien quiera verlo, una amenaza a los valores de Igualdad, Libertad y Fraternidad que nuestra Orden siempre ha glorificado.

Desde luego que esto no toca a todo el Islam como Religión –aunque gran parte de los fieles parecen justificarlo–, pero sí al terrorismo islámico y al islamismo europeo –de todos los matices– que se identificaron en su momento, desde España mismo (y que por medio de comunicados, artículos de revista, declaraciones, etc., se solidarizaron con los agresores de las torres de N. Y. –como ahora niegan, de modo infantil, que el atentado tenga relación directa con el islam, palabra cuya traducción es paz). Además nada de esto se encuentra relacionado con la guerra en Irak, con lo que se pretende eximirlo, ya que algunas de las "células" terroristas existían desde hacía diez años. Muchas de ellas a juzgar por los atentados posteriores todavía están allí.

Aquí se está frente a un fin de ciclo y tanto Occidente como el fanatismo religioso islámico que se propaga desde casi todas las mezquitas del mundo, incluidas las europeas, son los protagonistas armados –aunque no los únicos– de la disolución final, no tan lejana. Y todos estos personajes de ambos bandos, cumplen un papel tanto de robots como de verdugos, siendo intercambiables los unos con los otros.

Empero, podría ser que aunque uno estuviera automarginado de todo esto por intereses intelectuales-espirituales, fuese atacado incluso físicamente, por ser considerado –y parece que es el caso de la Masonería– un objetivo político-militar.

Y eso no es un supuesto: un día antes del 11-M fue violada, al grito de Alá es grande, muerte a los masones y judíos, la Gran Logia de Estambul (la importancia de la Masonería en Turquía ha contribuido de modo esencialísimo a que no se haya radicalizado allí el integrismo desde hace muchos años, y por ello mismo es el blanco elegido), hecho comparable a que lo hubieran efectuado con la Gran Logia de Francia o la de la calle Cangallo en Buenos Aires, por ejemplo. Incluso no sería raro que con el tiempo y con estrategias diferentes (no grandes objetivos sino blancos urbanos y múltiples) pudieran ser atacadas numerosas Logias en Europa ¿y por qué no la nuestra?

Por lo que una actitud vigilante es necesaria; sin partidismos de ninguna especie y sin entrar en polémicas vanas que significarían seguir en el sueño de diferentes "ideologías" que son las protagonistas de la destrucción de nuestro mundo. Es por ello inconsistente pretender que éste o aquél tiene la culpa de esto o aquello. Los designios de los dioses tienden ahora hacia la aniquilación mutua, motivo por el que tanto se ha destacado en Masonería la antigua idea de asimilarla al Arca de los últimos tiempos.

Leyendo los trabajos que publicamos, el tema que se ha tratado en Logia, importantísimo para la salud de los Talleres, es –pese a ciertas divergencias de detalle y no de fondo– el del terrorismo islámico como componente ya fijo de la sociedad occidental y las posibles secuelas que de modo directo atañen a los masones, aunque puedan tomar las formas más diversas.

Desgraciadamente va primando dentro del Islam mismo, y subiendo cada vez más en los últimos diez años –ejemplo en ese tiempo: se han tenido que ir seis mil judíos sólo de Marruecos, etc.–, el integrismo que avanza ganando puestos en elecciones como es el caso de Egipto, Turquía, Argelia, Marruecos, etc.

La internacional terrorista también ha sido copada desde hace años por el integrismo islámico, para el cual cualquiera de nosotros, masones o no, somos despreciables y "cruzados" sin ninguna distinción.

El fanatismo islámico tiene entre sus objetivos nuevos a la Masonería, y hemos recibido informaciones –que por otra parte salen en todos los periódicos para quien se tome el trabajo de leerlos enfocando en esta dirección y no distrayéndose– que lo confirman desde hace más de quince años, momento en que decidimos seguir todo esto más de cerca, aunque de un modo secundario, puesto que nuestro trabajo siempre ha sido otro.

Vale también la pena recordar que la Masonería ha sufrido hace muy poco, no más de dos o tres generaciones atrás, ataques de otro terrorismo, esta vez de estado, inquisitorial y de derechas, con Franco (e iniciado por Mussolini en 1925 y Hitler en 1933) que no sólo atacó a la Orden en el plano de las ideas sino que atribuía cualquier delito que fuese a judíos y masones¹.

Esto se tradujo concretamente en España –donde se les obligó a cavar sus propias tumbas– en ejecuciones masivas y selectivas de muchísimos masones, especialmente entre 1936 y 1937. Fueron muertos y sus bienes confiscados, y los que no fueron asesinados tuvieron que ir al exilio y padecer el mismo en carne propia, o sea que los que no murieron quedaron con su vida trunca, y muchos de ellos no pudieron volver nunca a España.

En la gran historia, o en una versión amplia de la misma, cincuenta o sesenta años no son nada, sino que indican en este caso, en esta fracción, una mínima porción del trazado de la historiografía. Por lo que desde una perspectiva más amplia se trata de una continuidad, una constante a la que están sujetos igualmente muchos países hispanoamericanos que, obedeciendo a ciertas variables de carácter rítmico y cíclico, optan por una posición de un tipo o el inverso, siendo intercambiables, como se dijo, pero todos ellos colaborando activamente en la destrucción de este ciclo. Destino que se han encargado de cumplir inexorablemente.

Hoy conjugándose las distintas energías, en la internacional terrorista, que por una causa u otra reniega radicalmente del sistema socio-económico-político o las estructuras religiosas de Occidente, con un odio feroz en muchos casos motivado por resentimientos psicológicos profundísimos, que nos están llevando –si no se está ya en ello– a una guerra de religiones.

Puede advertirse en las ponencias aquí publicadas una homogeneidad en cuanto tratan asuntos doctrinarios aunque cada una de las personas que emiten su opinión –todas ellas maestros masones– tiene un punto de vista propio que enriquece con su matiz a todo el conjunto.

Se ha publicado este volumen bajo el nombre de Siete Maestros Masones, con el que los miembros de la Gran Logia Operativa Latina y Americana han firmado ya Cosmogonía Masónica: Símbolo, Rito, Iniciación, y La Logia Viva (de próxima aparición). F. G.