LOS TRABAJOS DEL COMPAÑERO *

SIETE MAESTROS MASONES

Querida hermana, acabáis de ser elevada al grado de Compañero, por lo que desde hoy, trabajaréis con los otros Compañeros en esta Cámara y ocuparéis el lugar del Mediodía donde el Sol ilumina con toda su intensidad permitiendo ver con toda claridad cuanto os rodea.

Como Aprendiz habéis trabajado sobre la Piedra Bruta y os habéis ejercitado en el manejo del Mazo y el Cincel, lo que os ha enseñado que la voluntad y la inteligencia han de ir unidas para que el resultado deseado sea obtenido.

El "querer" sin saber "cómo" no es suficiente, de igual modo que el saber "cómo" no sirve de nada si no se es capaz de llevarlo a la práctica.

Hoy se os han mostrado nuevas herramientas cuyo manejo deberéis aprender y se os han revelado enseñanzas a cuyo estudio y meditación deberéis aplicaros.

Permitidnos que hagamos un breve repaso de las mismas.

En el Primer Viaje habéis llevado el Mazo y el Cincel, herramientas que ya conocéis y que os vienen a recordar lo ya dicho, pero además debéis comprender que es apoyándoos en lo que ya sabéis como podréis continuar vuestro viaje hacia el Conocimiento y asimismo enfrentaros a los nuevos retos que el Grado de Compañero os propondrá.

En el Segundo Viaje se os ha dado la Regla y la Palanca. La Regla marca la proporción y la dirección conque debe aplicar sus fuerzas el Compañero con la Palanca; esta a su vez multiplicará vuestras fuerzas permitiéndoos mover aquellos objetos símbolo de los obstáculos que encontraréis en vuestro camino y ante los que vuestras solas fuerzas naturales no bastarían.

En el Tercer Viaje os fueron entregadas la Plomada y el Nivel.

La primera simboliza la rectitud del masón, ligada al eje vertical o eje del mundo; es el principio activo que impulsa a progresar por medio del esfuerzo personal, tiene aún otro sentido y es el que se desprende de su verticalidad, que "cae a peso" en dirección al centro de la tierra, iluminando lo más recóndito de la conciencia del hombre.

El Nivel, estrechamente ligado a la Plomada simboliza la igualdad esencial que es común a todos los seres, igualdad cimentada sobre el trabajo que se realiza sobre el mundo que nos rodea pero sobre todo sobre uno mismo.

Esta igualdad se vive en la Logia, donde los hermanos despojándose de su individualidad –los metales– se transforman en una Entidad colectiva reflejo del Uno y Todo.

En el Cuarto Viaje se os presentó la Escuadra, formada por la reunión de la horizontal y la vertical, lo que simboliza el equilibrio entre lo activo y lo pasivo. Símbolo también de la rectitud con la que el Masón debe sujetar sus pasiones y de la virtud que debe rectificar su corazón.

Finalmente el Quinto Viaje lo habéis realizado sin portar herramienta alguna, salvo vuestras propias manos desnudas.

La mano está ligada al conocimiento, todo lo que puede ser objeto de estudio y meditación, está al alcance de la mano; es gracias a las manos que es posible utilizar las herramientas que permiten al Masón operar la transformación de la materia.

Las manos estructuran, forman, modelan y dan ritmo; una no es nada sin la otra, y sin embargo las dos manos, en realidad son una. Expresan las dos caras de la unidad, el conocimiento único que se manifiesta en la dualidad por el número cinco, cifra, os recordamos, de vuestra edad simbólica como Compañero.

Característica del Quinto Viaje es la retrogradación, en efecto este Viaje se realiza en sentido contrario a los viajes anteriores, igual que el Sol, después del Solsticio de Verano, empieza un movimiento en sentido inverso en relación con el anterior.

Uno de los sentidos de esta retrogradación es el que lo relaciona con la facultad de la memoria, revisando el camino recorrido y analizando retrospectivamente los diferentes acontecimientos de la vida del iniciado masón.

Es también un retroceso cuyo sentido es tomar mayor impulso para continuar adelante.

También en los sucesivos Viajes que habéis realizado se os han revelado enseñanzas sobre las que debéis meditar.

Así, en el primero se os mostraron los cinco sentidos a través de los que el hombre capta el mundo que le rodea; pero así como para el hombre ordinario ese mundo sensorial constituye el límite de su realidad, para el iniciado se le revela como un símbolo de realidades superiores, constituyendo las letras del Libro de la Vida que ha de aprender a leer.

Se trata, pues, de ir más allá de los sentidos.

En el Segundo Viaje se os enseñaron los distintos estilos arquitectónicos que el Masón debe conocer; el Dórico que representa la Memoria; el Jónico referido a la facultad del lenguaje; el Corintio y el Compuesto que representan la capacidad de concebir ideas generales y abstractas respectivamente, facultad que denominamos razón; finalmente el Toscano que representa la facultad de percibir las cosas exteriores, formándose un reflejo interior que reproduce la sensación como percepción.

En el Tercer Viaje se os mostraron las Artes Liberales a cuyo estudio debéis aplicaros; estas en número de siete son las siguientes: Gramática, que enseña a hablar y escribir correctamente; Retórica que enseña a hablar bien; Lógica, que enseña al hombre a discernir entre la verdad y la falsedad; Aritmética que enseña a calcular y contar toda clase de números; Geometría, que enseña a Medir y la Medida de la Tierra; Música, que da al hombre habilidad para cantar enseñándole el Arte de la Composición; Astronomía, que enseña al Hombre a conocer el curso del Sol, la Luna y las Estrellas.

En el Cuarto Viaje se os mostraron los nombres de algunos grandes Iniciados. Esto debe haceros reflexionar sobre el hecho de que el iniciado masón nunca está solo pues es un eslabón de una Cadena que sin interrupción se transmite desde el Primer día de la Creación y continuará hasta el Último.

Por fin en el Quinto y último de vuestros viajes se os ha revelado el verdadero significado del Trabajo.

Lo que para el profano que se mueve en el mundo sólo es un medio de satisfacer sus necesidades y deseos de poder y poseer, para el iniciado masón se trasforma en oportunidad de participar en la siempre renovada Obra de la Creación como un Obrero consciente a la Orden del Principio Espiritual que denominamos Gran Arquitecto.

De esta manera el Trabajo se transforma en Arte y el Obrero en Artesano.

Finalmente habéis contemplado la Estrella Flamígera en cuyo centro se halla la misteriosa letra G; ella es guía y meta de vuestros esfuerzos y aspiraciones, aplicaos a su contemplación y meditación pues encierra el verdadero secreto de la Regeneración, el cual si os hacéis acreedora a ello os será Revelado.

Querida hermana, ya veis la cantidad de temas que el Grado de Compañero os propone para realizar vuestro Trabajo; no dudamos que continuaréis trabajando con la diligencia y la perseverancia que lo habéis hecho hasta ahora.


NOTA
* Este trazado pertenece al volumen de arquitectura: La Logia Viva, Simbolismo y Masonería, publicado por Ed. Obelisco, Barcelona, julio 2006.
   


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